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"… nos roba la alegría, nos roba la paz. La persona corrupta no vive en paz. Chicos y chicas, la corrupción no es un camino de vida, ¡es un camino de muerte!", sentenció

El Papa Francisco en África. Foto: AFP/Reforma

Redacción | sábado 28 de noviembre de 2015

Nairobi, Kenya (Aciprensa). Durante su gira por África, el Papa Francisco reconoció la existencia de corrupción dentro del Vaticano y llamó a los jóvenes reunidos en el estadio Kasarani de Nairobi, capital de Kenia, a resistir ante la tentación de la corrupción. 

No obstante, reconoció que la misma existe en todas las instituciones, incluido el Vaticano. "Cada vez que aceptamos un soborno y lo metemos en el bolsillo, destruimos nuestro corazón, nuestras personalidad y nuestra patria. Por favor no tomen el gusto de ese 'dulce' que se llama corrupción", pidió.

"No sólo en la política, sino en todas las instituciones, incluido el Vaticano, hay casos de corrupción. La corrupción es dulce como el azúcar, nos gusta y es fácil, pero después terminamos mal, terminamos como los diabéticos y nuestro país termina como diabético", advirtió.

Francisco improvisó parte del discurso y respondió en español a las preguntas que le hicieron dos jóvenes, identificados como Linette y Manuel. Sobre la corrupción, citó casos vistos en Argentina, como el de un funcionario que decía que estaba en la política para robar.

"La corrupción, además nos roba la alegría, nos roba la paz. La persona corrupta no vive en paz. Chicos y chicas, la corrupción no es un camino de vida, ¡es un camino de muerte!", sentenció.

El encuentro con los jóvenes en el estadio fue el último acto del Papa en Kenia. Por la tarde viajó a Uganda, segunda etapa de su gira por seis días en África.
También denunció en Kenia "la atroz injusticia" que representan las villas miseria de las grandes ciudades africanas, fruto de la corrupción y el acaparamiento por parte de unos pocos.

"Existe una pregunta a la base de todas las preguntas que me han hecho Linette y Manuel: ¿Por qué suceden las divisiones, las luchas, la guerra, la muerte, el fanatismo, la destrucción entre los jóvenes? ¿Por qué existe este deseo de autodestruirnos?".

Respondió que es el espíritu del mal el que lleva a la destrucción, a la deshumanidad, al tribalismo, a la corrupción, a la dependencia de la droga y a la destrucción a través del fanatismo.

"La primera cosa que yo respondería es que un hombre pierde lo mejor de su ser humano, una mujer pierde lo mejor de su humanidad cuando se olvida de rezar, porque se siente omnipotente, porque no siente la necesidad de pedir ayuda al Señor ante tantas tragedias", indicó.

El Pontífice dijo que la vida está llena de dificultades, pero que existen dos modos de enfrentarlas: o se les ve como algo que destruye y bloquea al individuo, o se les mira como una oportunidad real.

"A ustedes les toca elegir: ¿Para mí una dificultad es un camino de destrucción o en cambio es una oportunidad para superar mi situación, la de mi familia, la de mi comunidad, la de mi país?", sugirió.

Fuente: Aciprensa

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