SOCIEDADES DE PENSAMIENTO... Éste ya no es el PRI de antes | Carlos Monroy Hermosillo

* Hoy, su clase política es la sepulturera de su propio pasado * "De cama en cama, hasta la fama"

El PRI ¿antes o después? Foto PRIEdomex

Lunes 14 de marzo del 2016

Toluca, estado de México. Este PRI no es el mismo PRI de antes. El antecedente del PRI está en 1929, con la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), bajo la figura del "Jefe Máximo" de la Revolución, Plutarco Elías Calles, que buscaba estabilidad política y centralizar el poder; luego vendría el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), en 1938, bajo un fuerte influjo de Lázaro Cárdenas entre las grandes masas de obreros y campesinos, impulsor de una amplia reforma agraria y de la expropiación petrolera. Y para 1946 se fundaría el PRI, en el final del sexenio de Manuel Ávila Camacho, cuando se toma la determinación de desaparecer al sector militar del partido, y es elegido Miguel Alemán como presidente de la República, el primer civil, ajeno a la milicia, y que nunca participó del movimiento revolucionario de 1910. Fue el PRI de la revolución institucionalizada. El actual PRI sepultó a sus antecesores en el basurero de la historia con todo y su autoritarismo represor de movimientos obreros, estudiantiles y magisteriales y guerra sucia de los años 70, pero también impulsor del nacionalismo revolucionario, creador de un fuerte sistema de salud con instituciones como el IMSS y el ISSSTE, un sistema de educación pública que fue paradigmático en otros ámbitos, del INFONAVIT, y que diera una épica batalla por la expropiación petrolera, la nacionalización de la industria eléctrica, la creación de Ferrocarriles Nacionales de México, y un impulso vital a la reforma agraria. Sí, el PRI de hoy es el sepulturero de su propio pasado; es el PRI que no entiende de patriotismo ni nacionalismo, donde solo se busca el beneficio personal de sus dirigentes y del linaje de su alta burocracia y de la clase gobernante, cuando la mayoría de la población vive en condiciones miserables y hasta en la depravación. Nada de qué sentirse orgullosos. Estamos sucumbiendo ante los malhechores de hoy y siendo fatalmente humillados. Por eso los mexicanos ya no tenemos porque deberle obediencia y el cumplimiento de nuestro deber, ante una clase gobernante decadente, codiciosa y cínica, que ha traicionado al pueblo mexicano al lucrar y robarse la riqueza de la nación para su propio peculio, rompiendo los principios de autoridad, lealtad, amor a la Patria y mandar obedeciendo a que están obligados. Los políticos mexicanos entre oro negro, dinero, muchísimo dinero, corrupción, impunidad, sexo y sexo travesti ...De cama en cama hasta la fama...