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* La “estabilidad” que han “logrado” los últimos gobiernos se ha basado en la contención salarial y la precarización de los productores agropecuarios y de los trabajadores, sostiene
* Todo indica que esa situación se va a agravar; hasta ahora el gobierno ha sido incapaz de crear las condiciones de un desarrollo sostenido; urge cambiar la estrategia económica

Infografía: Reforma

Redacción | viernes 24 de julio de 2015

México, D. F.- El informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), destaca que la población en condiciones de pobreza extrema se redujo de 11.52 millones de personas en 2012 a 11.44 en 2014, en apenas 86,600 personas. Eso fue, dice el gobierno, gracias a los recursos destinados a la Cruzada contra el Hambre, lo que constituye un resultado insuficiente.

Por su parte, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) no tiene nada que presumir. Las transferencias monetarias a los extremadamente pobres son profundamente frágiles y sujetas a una política económica que destruye el ingreso de las familias, señalan integrantes de El Barzón a través de un comunicado.

Sostienen que desde que inició la Cruzada, El Barzón advirtió que ese programa era inútil mientras el Banco de México y las Secretarías de Hacienda, Economía, Energía y Agricultura fueran verdaderas fábricas de pobres, y lo cierto es que la población en condiciones de pobreza ha crecido de manera sostenida en los últimos seis años, pasando de 44.4 millones de personas en 2008, a 52.8 millones en 2010, 53.3 en 2012 y 55.3 en 2014.

Todo indica, afirma El Barzón, que esa situación se va a agravar, abriendo el riesgo de que un mayor número de mexicanos caigan en condiciones de pobreza y pobreza extrema, debido a que hasta ahora el gobierno ha sido incapaz de crear las condiciones de un desarrollo sostenido.

La decisión del gobierno de no respaldar a los pequeños productores agropecuarios, su obsesiva dependencia de recursos externos y de inversiones depredadoras, su entrega del patrimonio nacional al extranjero, su incapacidad para administrar responsablemente los recursos nacionales, la baja en los precios del crudo y el riesgo de una alza de tasas internacionales de interés, van a impactar gravemente su  “estabilidad”.

El aumento de la pobreza y la incertidumbre de los mexicanos es responsabilidad de las políticas de estos gobiernos. Así, lejos de generar certidumbre respecto de las políticas económicas aplicadas en la últimos años por los gobiernos panistas y el priísta de Enrique Peña Nieto, las cifras proporcionadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), confirman la orientación contraria al fortalecimiento de México y del bienestar de los mexicanos.

No se debe perder de vista que la “estabilidad” que han “logrado” los últimos gobiernos, se ha basado en la contención salarial y la precarización de los productores agropecuarios y de los trabajadores, además de que se ha beneficiado de la baja de precios y de las tasas de interés internacionales, explican.

Ni Hacienda, ni el Banco de México, ni las demás dependencias gubernamentales han buscado la estabilidad mediante la producción interna, en tanto que los monopolios del sector privado han aprovechado su influencia en el gobierno, para cabildear a favor de inversionistas extranjeros y obtener ganancias extraordinarias a costa del patrimonio, las comunidades, los trabajadores y de la naturaleza.

El resultado ha sido el desplazamiento de los productores nacionales y una mayor dependencia de bienes del exterior.

Así, encontramos que mientras el Banco de México se ufana de la baja inflación de los últimos meses, la encuesta Ingreso Gasto de los Hogares demuestra el deterioro de las condiciones de vida de los sectores medios de la población,  en tanto que se “frena” la pobreza del segmento más pobre mediante “transferencias” de gobierno.

Así, tenemos una economía que no produce bienes básicos, depende de las exportaciones de inversiones de enclave, no genera empleos dignos y destruye la capacidad de los productores agropecuarios.

Por esa razón, en la medición del Coneval, la población que vive con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo pasó de 18.7 millones de personas en 2008, a 24.6 millones en 2014. A su vez, los mexicanos que viven con un ingreso menor a la línea de bienestar creció de 54.7 en 2008 a 63.8 millones en 2014.

Y, lo más grave, la estrategia seguida por los últimos gobiernos sólo permite prever un mayor deterioro. Ya las jefas de familia han sufrido el impacto del alza de precios en todo tipo de productos, a pesar de lo que dice el INEGI. Un país que ha sido obligado por sus gobiernos a depender del exterior, en el momento en el que hay una devaluación sufre una mayor inflación y eso, inevitablemente generará más pobreza.

Y reiteran que urge cambiar la estrategia económica, concluye El Barzón.

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