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El diplomático se unió a las declaraciones de la Casa Blanca ante las supuestas investigaciones que el Gobierno de EU habría cometido contra el Presidente mexicano, hechos que fueron publicados por medios de comunicación como el New York Times y ProPublica.

Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar: El Presidente López Obrador no está siendo objeto de investigaciones por agencias de seguridad de Estados Unidos. Foto X.

Martes 27 de febrero de 2024

Ciudad de México, (26 de febrero, SinEmbargo).- El Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, secundó esta tarde la postura de la Casa Blanca: el Presidente Andrés Manuel López Obrador no está siendo investigado por autoridades de dicho país, a pesar de la información publicada en dos reportajes, uno del medio digital ProPublica y otro del diario The New York Times.

Luego de que asistiera a un evento en el estado de Michoacán, el diplomático estadounidense aseguró que el Presidente López Obrador no está siendo objeto de investigaciones por agencias de seguridad de Estados Unidos, luego de que trascendiera en medios internacionales que el mandatario supuestamente había recibido financiamiento por parte de grupos delictivos para sus campañas presidenciales de 2006 y 2018.

“Como lo dijo la Casa Blanca, como lo digo yo, como Embajador de los Estados Unidos aquí en México, no existe una investigación relacionada al Presidente López Obrador”, comentó.

El jueves pasado, los reporteros Alan Feuer y Natalie Kitroeff, del diario estadounidense The New York Times, publicaron un texto sobre cómo el Gobierno de Estados Unidos buscó ligar mediante una investigación de 2018 a cercanos de Andrés Manuel López Obrador con el crimen organizado, sólo para concluir que no hay “ninguna conexión directa entre el propio Presidente y las organizaciones criminales”, y admite que “gran parte de la información recopilada por funcionarios estadounidenses provino de informantes cuyos relatos pueden ser difíciles de corroborar y que en ocasiones terminan siendo incorrectos”.

En esta nueva escalada que busca ligar al Presidente mexicano con el crimen organizado, The New York Times cita como sus fuentes registros estadounidenses y tres personas familiarizadas con la investigación. Así mismo señala que, como ocurrió en 2006, “Estados Unidos nunca abrió una investigación formal sobre López Obrador y los funcionarios involucrados finalmente archivaron la investigación”. Tres personas familiarizadas con el caso que no estaban autorizadas a hablar públicamente dijeron al Times que según su percepción “llegaron a la conclusión de que el Gobierno de Estados Unidos tenía poco interés en presentar acusaciones contra el líder de uno de los principales aliados de Estados Unidos”.

Incluso la Casa Blanca salió a desmentir ese mismo día, como ya lo había hecho con el texto de ProPublica que hablaba de un caso similar pero en las campañas presidenciales mexicanas de 2006, que no había ninguna investigación abierta contra López Obrador. El mandatario, por su parte, se había adelantado al reportaje y negó rotundamente las acusaciones contra sus cercanos, incluidos sus hijos.

El asunto escaló posteriormente luego de que el propio Presidente López Obrador, durante la conferencia de prensa matutina del 23 de febrero, se adelantó a la publicación del NYT y demostró el cuestionario que le hicieron llegar los reporteros.

El Presidente dijo que “son unos calumniadores”, en referencia a los periodistas de ese medio. También dijo que ese nuevo reportaje, próximo a publicarse, revela además que Estados Unidos lo siguió investigando y que eso requerirá una explicación de Washington. López Obrador señaló que la jefa de corresponsales del Times en México le mandó un cuestionario a su director de Comunicación Social, Jesús Ramírez Cuevas. Tenía como plazo ayer en la tarde para responderlo. El mandatario mexicano decidió leer cada una de las preguntas en público, durante su conferencia de prensa matutina. Y fue respondiéndolas.

Sin embargo, en ese mismo momento, no ocultó los datos personales de una de las periodistas, Natalie Kitroeff, hecho que generó una investigación en contra del Presidente por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), aunque el mandatario sostuvo lo ocurrido.

“No acepto ninguna calumnia, no acepto que, sin pruebas, calumnien los gobiernos extranjeros ni sus agencias, ni tampoco acepto que periódicos, por muy famosos que sean, calumnien. Tienen que probar. Vamos siempre a defender la libertad, la justicia, la auténtica democracia, que es el gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, y vamos a defender nuestra soberanía, llámese New York Times y Univisión, que entraron de oficiosos al debate”, dijo el fin de semana en un video difundido en sus redes sociales.

A finales de enero, un primer reportaje publicado por el medio ProPublica, y firmado por el periodista Tim Golden -ganador del Premio Pullitzer- señalaba que Nicolás Mollinedo Bastar, conocido como “Nico”, chofer de López Obrador hasta 2012, había recibido dos millones de dólares en 2006 para la primera campaña presidencial del entonces candidato presidencial por el PRD, Andrés Manuel López Obrador. Dicha cantidad, afirma el texto con supuesta información de indagatorias de la DEA, había sido entregada por elementos de grupos delictivos.

Según su texto, citando fuentes de la DEA, el narcotraficante Edgar Valdéz Villarreal, “La Barbie”, dio dinero a Mollinedo Bastar y hasta financió el plantón de Paseo de la Reforma en 2006, cuando López Obrador protestaba contra el fraude electoral que llevó a Calderón Hinojosa a la Presidencia. ©

Ra

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