"...IFETEL, mismo que lo único a que se dedicó fue a favorecer a los monopolios del ramo en detrimento de los modestos radiodifusores, inclusive con una sola estación de radio, a partir de ahora..."
OPINIÓN
COMENTARIO A TIEMPO
Por Teodoro Rentería
Arróyave
Jueves 3 de julio de 2025
Simple y llanamente bienvenida la nueva Ley de
Telecomunicaciones y Radiodifusión aprobada por el Congreso de la Unión, misma
que liquida al tribunal de alzada llamado ampulosamente como Instituto Nacional
de Telecomunicaciones, IFETEL, mismo que lo único a que se dedicó fue a
favorecer a los monopolios del ramo en detrimento de los modestos
radiodifusores, inclusive con una sola estación de radio, a partir de ahora
esos trabajadores de las comunicaciones sociales del país podrán recuperar sus
frecuencias y resarcir su patrimonio que les fue arrebatado por una onerosa
paga llamado “refrendo”.
Fue de tal manera su absurda hegemonía que hasta al Congreso
de la Unión le negó las frecuencias de radio que había solicitado y que tenían
como objetivo primordial cumplir con los principios democráticos de la
información pronta y expedita del Poder Legislativo.
La nueva Ley favorece en forma preponderante a las
estaciones comunitarias, indígenas, en una palabra, sociales, que desde ahora
entrarán en el sistema de concesionarias para poder comercializar sus espacios,
regla a la que desde siempre se opusieron los grandes consorcios de la
radiodifusión.
Recuerdo que por ahí de los años 60 del siglo pasado, un
radiodifusor de avanzado, les espetó a sus colegas que “la radio es tan noble
que da para todos”, a ello agregaría que cuando se ganaban las frecuencias por
el servicio social al que te comprometías, acuñé la frase de que “la concesión
era un regalo de Dios, por lo tanto tenías que cumplir a cabalidad con las
reglas impuestas que habías aceptado”.
En efecto, la Cámara de Diputados aprobó esa nueva Ley de
Telecomunicaciones y Radiodifusión que promete una mayor apertura a medios
comunitarios, acceso universal a internet y reestructura el poder de los
grandes consorcios. Sin embargo, también generó polémica por sus implicaciones
en lo que se refiere a la geolocalización y control institucional.
Vamos por partes: la reforma propone reestructurar la
industria de medios, desaparecer al IFT y crear un nuevo órgano regulador.
Busca abrir espacios a medios sociales, garantizar conectividad y redistribuir
el mercado.
La Geolocalización es el tema más polémico. Uno de los
puntos más debatidos es la posibilidad de la geolocalización sin orden judicial
expresa. Aunque el texto menciona bajo orden de “autoridades competentes”, sin
embargo algunos advierten posibles riesgos para la privacidad y libertad de expresión.
Se preguntan: ¿Garantía de seguridad o puerta a la vigilancia?
A ello, tenemos que aclarar que desde siempre las empresas
del ramo exigen al comprador de todo aparato electrónico, todos sus datos
personales, y ahora con la apertura de las nuevas tecnologías, tu huella y
fotografía que quedan registradas, además del iris de tus ojos, para los
críticos eso les pasó de noche. Ahora que lo exige el gobierno para efectos de
registro y seguridad, los monopolios lo denuncian como medidas de espionaje.
La flamante Ley prioriza a las radios indígenas y
comunitarias, permitiéndoles comercializar parte de sus tiempos. Esto ha
generado, como ya dijimos el rechazo entre los grandes concesionarios privados,
no toman en cuenta el objetivo primordial de equilibrar la competencia y
ampliar el acceso de los grupos vulnerables a medios de comunicación.
Afortunadamente desaparece, lo que nunca debió haber
existido, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, al que sólo le interesaba
lucrar. Ahora de acuerdo a la nueva legislación, sus funciones se dividirán
entre una Agencia Digital y una Comisión Reguladora de Telecomunicaciones. Esta
última no será autónoma, tendrá libertad de gestión y un órgano colegiado
ratificado por el Senado.
Otro de los avances clave es el acceso universal a Internet.
Ya no será exclusivo de grandes empresas. También se incrementará el
presupuesto estatal y municipal para apoyar medios sociales y romper la
concentración publicitaria.
La nueva LEY DE TELECOMUNICACIONES Y RADIODIFUSIÓN, sin duda
alguna, abre las puertas al acceso comunitario, impulsa la inclusión digital y
frena monopolios, aunque algunos plantean dudas sobre la vigilancia, la censura
y la pérdida de autonomía reguladora. Su verdadero impacto dependerá de su
implementación, vigilancia ciudadana y voluntad política. MÁS RADIO SOCIAL,
MENOS MONOPOLIOS.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio
honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX,
Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional, Académico de Número y
Director de Comunicación de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG.
Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos
escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le
invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y el portal: www.irradianoticias.com
ra
Publicar un comentario Blogger Facebook