"Estas instituciones se caracterizan por contar con personal altamente capacitado y con tecnología avanzada para tratar padecimientos complejos ya que cuentan con una amplia gama de especialidades médicas. Son, además..."
Por Teodoro Rentería
Arróyave
Lunes 7 de julio de 2025
QUERÉTARO, QUERÉTARO. Después del tránsito de más de año y
medio, casi 19 meses, por salas de espera, consultas, análisis y estudios,
inclusive de lo más sofisticados por complejos en el Instituto Nacional de
Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”, puedo afirmar en conciencia
que los mexicanos contamos con instituciones médicas de tercer nivel a la par
de sus homólogas mundiales, a las cuales tienen acceso pacientes de condiciones
económicas paupérrimas y hasta de pudientes, puesto que prevalece la regla
humanitaria de quien solicita previa necesidad y apremio, es atendido en
igualdad y respeto.
En lo personal, desde siempre he mantenido un gran respeto y
reconocimiento a las instituciones de medicina de tercer nivel que son
hospitales y centros de alta especialidad que brindan atención médica de
superior complejidad a pacientes referidos de otros niveles de atención.
Estas instituciones se caracterizan por contar con personal
altamente capacitado y con tecnología avanzada para tratar padecimientos
complejos ya que cuentan con una amplia gama de especialidades médicas. Son,
además, centros de investigación y atención médica del más alto nivel.
Seguro que, por el antecedente de mi padre médico, doctor
Fortino Rentería Meneses siempre he mantenido mi respeto y personal
reconocimiento a esos centros de salud, como son entre otros, además del
mencionado de Neurología, el Instituto Nacional de Cardiología, el Instituto
Nacional de Cancerología, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición
Salvador Zubirán y el Hospital Infantil de México Federico Gómez.
En resumen, las instituciones de medicina de tercer nivel en
México juegan un papel crucial en la atención de enfermedades complejas,
brindando servicios especializados y utilizando tecnología de vanguardia para
garantizar la salud de los pacientes.
Va de historia: El Instituto Nacional de Neurología y
Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNNMVS por sus siglas) es una institución
de atención médica, enseñanza e investigación científica perteneciente a la
Secretaría de Salud de México cuya especialidad es la neurología, neurocirugía,
y psiquiatría. Fue inaugurado en 1964 y forma parte de los Institutos
Nacionales de Salud, un sistema de 13 institutos de investigación en ciencias
biomédicas en los que se brindan servicios de salud pública y docencia a la
población en general, destacando entre los mejores de su tipo en el mundo.
El proyecto de la creación del INNN se planteó desde la
década de 1940 y fue concretado hasta mediados de los 60. La idea de crear este
instituto surge de la necesidad de contar con medios físicos y humanos para
atender a la población con problemas en el sistema nervioso, además de crear un
área de especialización en la medicina mexicana, esto último motivado por los
avances de la neurología.
Esta propuesta se formalizó con un decreto expedido por el
entonces presidente Miguel Alemán Valdés, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 27 de febrero de 1952. Sin embargo, no fue hasta el 28 de febrero
de 1964 que fue inaugurado por el entonces presidente Adolfo López Mateos. En
su discurso inaugural, el doctor Manuel Velasco Suárez, fundador y primer
director del INNN mencionó:
“El Instituto, no sólo se destinará al estudio y atención de
las enfermedades neurológicas, sino al tratamiento e investigación
neuroquirúrgica, así como también al mejor conocimiento de los desórdenes
mentales agudos. Como centro de enseñanza e investigación pura y aplicada
esperamos que llegue a superar mucho de lo existente... está dedicado
cariñosamente al pueblo todo y abre sus puertas para los que, sabiendo que aún
nadie termina la carrera de Medicina, se consagren al estudio en progreso y
debida atención a los enfermos del sistema nervioso y mentales”.
Significo en el actual director general del Instituto,
doctor Antonio Arauz Góngora, de la médica neuróloga, doctora Lourdes Olivia
Vales Hidalgo, de la licenciada, Berta Calderón Ramos, jefa del Servicio
Social, ya jubilada, de la maestra Juana Patricia Pérez González, así como del
doctor, Alejandro Chirino Sierra, cofrade en la Academia Nacional de Historia y
Geografía, ANHG, auspiciada por la Universidad Nacional Autónoma de México,
quien fue el vértice de estas conocencias del amor y atención al prójimo
necesitado.
Y el paciente tras 19 meses, resultó sano y salvo de esta
compleja aventura médica del más alto nivel. El agradecimiento es poco ante el
portentoso resultado o conclusión de la gran experiencia de vida.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio
honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX,
Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional, Académico de Número y
Director de Comunicación de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG.
Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos
escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le
invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y el portal: www.irradianoticias.com
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