"Como les consta a los seguidores del Comentario a Tiempo, este espacio ha sido cedido varias veces a columnas o artículos de colegas por su implícito valor intrínseco, por primera vez vamos a reproducir íntegro el mensaje a la nación de..."
OPINIÓN
Por Teodoro Rentería
Arróyave
Martes 23 de septiembre de 2025
PRIMERA PARTE
Como les consta a los seguidores del Comentario a Tiempo,
este espacio ha sido cedido varias veces a columnas o artículos de colegas por
su implícito valor intrínseco, por primera vez vamos a reproducir íntegro el
mensaje a la nación de quien ocupa, por decisión soberana de la ciudadanía, la
primera magistratura de la Nación, doctora Claudia Sheinbaum Pardo que
pronunciara en la conmemoración del 215 Aniversario de nuestra Independencia, y
también porque no tiene desperdicio alguno. Va textual en dos partes:
“Este día nos convoca la historia, la memoria viva de
nuestro pueblo que nunca ha dejado de luchar por su libertad, por la justicia y
por su dignidad.
En este lugar, centro político de la nación, recordamos que
hace más de 2 siglos, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el cura
Miguel Hidalgo y Costilla encendió la esperanza y dio voz al anhelo colectivo
de independencia.
Aquel “Grito de Dolores” no fue solo un llamado a liberarse
de la Colonia española; fue un llamado a la justicia y al corazón y valentía de
un pueblo decidido a ser dueño de su propio destino.
El pensamiento de Hidalgo y de los independentistas que lo
acompañaron rompía con el orden establecido. No solo dio el Grito de
Independencia, sino que el 29 de noviembre de 1810, en Guadalajara, decretó la
abolición de la esclavitud.
Por ello, fue un revolucionario objeto de agravios y
desprecios por el poder colonial.
En el juicio de excomunión lo calificaron de “demagogo”,
“desnaturalizado” y “frenético”, tratando de deslegitimar su causa. Sin
embargo, Hidalgo se sostuvo con firmeza en la defensa de sus ideales,
asegurando que obraba guiado por su conciencia.
En sus palabras dirigidas a sus acusadores dijo: “Abrid los
ojos, americanos. No os dejéis engañar por nuestros enemigos, son políticos que
veneran al dinero; sus amenazas buscan solamente la opresión”.
Al final, lo condenaron con un castigo brutal: lo
decapitaron y colocaron su cabeza junto con la de Allende, Aldama y Jiménez en
cada esquina del edificio de Alhóndiga de Granaditas. Creyeron que así
extinguirían su causa; sin embargo, lo que lograron fue lo contrario: lo
hicieron eterno, inmortal en la memoria de las y los mexicanos.
La historia de nuestra independencia está tejida con la
grandeza de hombres y mujeres que supieron transformar la adversidad en fuerza
y la opresión en libertad.
Hidalgo fue el inicio, pero a su lado se levantaron también
otros espíritus libertarios que dieron forma a la nación que hoy somos.
Recordemos a José María Morelos y Pavón, quien recogió la
antorcha encendida por Hidalgo y la convirtió en programa de nación.
En sus Sentimientos de la Nación, Morelos nos legó
principios que siguen siendo guía: la soberanía dimana del pueblo, la justicia
debe ser igual para todas y todos, y México debe ser una tierra libre de
desigualdades y de privilegios.
Con Morelos aprendimos que la independencia no es solo
romper cadenas, es también construir un país más justo y soberano.
Y junto a ellos, las mujeres que dieron todo por la patria:
Josefa Ortiz Téllez-Girón, cuya voz desafiante y valiente
anunció que era el momento de luchar, y lo hizo durante toda su vida.
Manuela Molina Medina, mujer indígena, quien luchó junto a
Morelos, recibió el grado militar de Capitana, nombramiento que fue expedido
por la Suprema Junta de Zitácuaro, Michoacán.
Leona Vicario, quien con inteligencia y generosidad sostuvo
la causa insurgente, demostrando que la independencia también se fraguaba en
las letras, la estrategia y la defensa.
Gertrudis Bocanegra, mujer de inteligencia que entregó su
vida con firmeza. Fue descubierta por Los Realistas y sentenciada a muerte,
fusilada en la plaza de Pátzcuaro porque no quiso dar información acerca de las
fuerzas insurgentes al gobierno virreinal.
Vicente Guerrero, hijo del sur y corazón indómito de la
patria, fue él quien nos mostró que el patriotismo verdadero no admite
concesiones, que la libertad no se negocia y que la soberanía no se vende. Con
su voz clara nos enseñó que “la patria es primero”, y esa frase sigue siendo
brújula moral del pueblo de México.
Hoy, al evocar estas figuras inmortales, entendemos que la
Independencia no solo fue obra de sus valientes dirigentes, sino la suma de
héroes y heroínas anónimas, de un pueblo entero que se alzó contra la
injusticia; fue la unión de campesinos, artesanos, indígenas, mestizos,
criollos, mujeres y hombres que supieron que la dignidad vale, incluso más que
la vida.
Esa gesta marcó la historia de México independiente hasta la
fecha”. CONTINUARÁ.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio
honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX,
Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional, Académico de Número y
director de Comunicación de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG.
Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos
escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le
invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y el portal: www.irradianoticias.com
ra
Publicar un comentario Blogger Facebook