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"Ellos dieron su propia interpretación al Concilio Vaticano II del Papa Juan 23 y pusieron en la Huasteca a la Iglesia Católica al servicio de los pobres, dejando un legado que 50 años que después se traduce en mejores condiciones de vida para sus habitantes..."


OPINIÓN

Foto Vía Libre.

D E S L I N D E

§  Alberto Witvrun

Diariovialibre.com.mx, (27 abril, 2025).- Transcurrieron 12 años de la muerte de los religiosos José Barón Larios y Samuel Mora Castillo y, trece de Pablo Hernández Clemente, que además de su tarea evangelizadora sostuvieron una lucha social por la reivindicación de derechos de los pueblos originarios de la franja norte de Hidalgo, Veracruz y de San Luis Potosí, ante la histórica explotación, marginación, pobreza y represión de terratenientes y del Estado mexicano.

Ellos dieron su propia interpretación al Concilio Vaticano II del Papa Juan 23 y pusieron en la Huasteca a la Iglesia Católica al servicio de los pobres, dejando un legado que 50 años que después se traduce en mejores condiciones de vida para sus habitantes, lo que ya se observa en Hidalgo, por eso aún se recuerda al Equipo Pastoral Atlapexco (EPA).

Las carencias sociales no están cubiertas, pero la terminación de la carretera Pachuca-Huejutla y los esfuerzos que algunos personajes realizan para consolidar la integración de la Huasteca a la economía regional del Golfo de México, que es su salida natural, contribuirá a generar oportunidades y a ocupar a los jóvenes que egresan de educación superior que tienen que emigrar.

Por eso se tienen que seguir recordando la lucha social de estos tres religiosos contra los abusos del poder político y económico, porque fueron factor de cambio en la franja norte de Hidalgo, porque muchos de sus catequistas alfabetizados por ellos se sumaron a la recuperación histórica de la tierra que costó muchas vidas de en matanzas como la de Huizotlaco, Chinguiñoso, Tazacuala y las de dirigentes como Pedro Beltrán, Humberta Hernández, Benito Hernández.

Muchos, usufructuaron su lucha y hoy a 12 años de que concluyeron sus ciclos vitales, ya no les son útiles; por ahí uno que otro instalado en la comodidad del presupuesto, enarbola la bandera de la izquierda y como decía el padre Barón Larios, solo sus indígenas le seguirán siendo leales, así como parte de la Iglesia a la que sirvieron. Hoy con los avances, aún insuficiente, su lucha rinde frutos. ©

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