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* En su primer homilía del 2015, el pontífice consideró que las "escasas" oportunidades de trabajo contribuyen a la aparición de nuevas formas de sumisión


Todos estamos llamados a ser libres, todos a ser hijos y cada uno de acuerdo con su responsabilidad, a luchar contra las formas modernas de esclavitud, dijo el pontífice argentino en la Basílica de San Pedro. Foto: L'Obsservatore Romano
Redacción | jueves 1 de enero de 2015

Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco renovó su llamamiento para acabar con lo que denominó “formas modernas de esclavitud” en la misa que celebró en el Vaticano y en el rezo del primer Ángelus del año ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro.

En sus palabras posteriores al rezo del Ángelus en la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, el Papa Francisco pidió que el nuevo año que comienza “sea un año de paz”.

 “Buen año a todos. Que sea un año de paz, de paz,  en el abrazo de cariño del Señor y con la protección de María, Madre de Dios y Madre nuestra”.

El Santo Padre expresó también su deseo de “que nunca más haya guerras, ¡nunca más las guerras!, y siempre el deseo y el empeño de paz y de fraternidad entre los pueblos”.

“Buen año y por favor no olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta la vista”, concluyó.

Antes, en su homilía en la misa dedicada a la Virgen María y en la cuadragésimo octava Jornada Mundial de la Paz, el papa pidió “luchar contra las formas modernas de esclavitud”, un resumen del mensaje más amplio cuyo contenido el Vaticano ya adelantó hace unas semanas.

“Todos estamos llamados a ser libres, todos a ser hijos y, cada uno de acuerdo con su responsabilidad, a luchar contra las formas modernas de esclavitud”, dijo el pontífice argentino en la Basílica de San Pedro.

El papa Bergoglio, en el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, consideró que las “escasas” oportunidades de trabajo contribuyen a la aparición de formas de esclavitud moderna.

El papa dice en ese mensaje que las empresas deben ofrecer a sus empleados “condiciones de trabajo dignas y salarios adecuados” y critica como forma de opresión moderna “la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse”.

Jorge Mario Bergoglio menciona como causas de la “esclavitud moderna” la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión, combinadas con la falta de acceso a la educación o “con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo”.

Denunció que la corrupción “sucede cuando en el centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona”.

Como formas de esclavitud moderna señala a la prostitución o el tráfico de órganos y destaca que “el derecho de toda persona a no ser sometida a esclavitud ni a servidumbre” debe ser “reconocido en el derecho internacional como norma inderogable”.

El santo padre se refirió en su mensaje a los “muchos emigrantes que, en su dramático viaje, sufren el hambre, se ven privados de la libertad, despojados de sus bienes o de los que se abusa física y sexualmente”.

Inmigrantes que “después de un viaje durísimo y con miedo e inseguridad, son detenidos en condiciones a veces inhumanas” y se “ven obligados a la clandestinidad por diferentes motivos sociales, políticos y económicos” o, “con el fin de permanecer dentro de la ley, aceptan vivir y trabajar en condiciones inadmisibles”.

Bergoglio señaló “los conflictos armados, la violencia, el crimen y el terrorismo” para decir que son “otras causas de la esclavitud”.

E insistió en que “muchas personas son secuestradas para ser vendidas o reclutadas como combatientes o explotadas sexualmente, mientras que otras se ven obligadas a emigrar, dejando todo lo que poseen”.

En la parte de contenido doctrinal de su homilía, el papa dijo que no es posible escuchar a Cristo sin escuchar a la Iglesia.

“No se puede amar a Cristo sin la Iglesia, escuchar a Cristo pero no a la Iglesia, estar en Cristo pero al margen de la Iglesia”, dijo el papa Bergoglio, que usó una cita del papa Pablo VI.

“Nuestra fe no es una idea abstracta o una filosofía, sino la relación vital y plena con una persona: Jesucristo, el Hijo único de Dios que se hizo hombre, murió y resucitó para salvarnos y vive entre nosotros”, agregó el papa.

“Sin la Iglesia, Jesucristo queda reducido a una idea, una moral, un sentimiento”, defendió el pontífice argentino. 

El papa agregó que “la misión del Pueblo de Dios” es la siguiente: “irradiar sobre todos los pueblos la bendición de Dios encarnada en Jesucristo”. 

Después de la misa en San Pedro el papa salió a la ventana del palacio apostólico, desde el cual se dirigió a los fieles con el rezo del Ángelus y a quienes agradeció su presencia en un día soleado pero “frío”.

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