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“(…) nadie en México nunca fue juzgado y sentenciado por los crímenes planeados, financiados y ejecutados por el gobierno federal mexicano; la impunidad se hizo ley en México (…).”


Foto: Francisco Gómez
Francisco Gómez | martes 27 de enero de 2015

Ciudad de México., 27 de enero de 2015. La demencia nazi costó a la humanidad millones de vidas inocentes, tanto en los campos de batalla, como por las ejecuciones perpetradas cobardemente en los campos de concentración, los de Auschwitz, entre otros.

Entonces fue la miopía de la llamada sociedad de naciones, la que permitió que un fanático loco quisiera adueñarse de la razón y del destino de la humanidad. Cobardemente nadie quiso o pudo parar al desquiciado que sumaba a otros secuaces como adeptos en Italia, España y Japón.

Así, igualmente, nadie en México nunca fue juzgado y sentenciado por los crímenes planeados, financiados y ejecutados por el gobierno federal mexicano; la impunidad se hizo ley en México, nadie pagaría por la matanza del 2 de Octubre de 1968; la represión del 2 de junio de 1971; las desapariciones de opositores políticos en los años 70; la persecución, tortura y muerte de decenas de hombres y mujeres buenos como Lucio Cabañas, Rubén Jaramillo, Misael Núñez, Heberto Castillo, Demetrio Vallejo, Valentín Campa, etcétera.

Foto: Francisco Gómez
Igual que los nazis, la primofobia del sangriento Estado tiránico mexicano nunca ha cesado, por lo que al institucionalizar la corrupción, por norma han venido entregando la riqueza nacional a sus socios extranjeros; y lo mismo controlan los medios de comunicación, a la iglesia “oficial”, las votaciones electorales, o a la gran mayoría de sindicatos de trabajadores del campo o la ciudad; también los primofóbicos se han beneficiado de la economía esclavizante, transformando únicamente a sus familiares y amigos en una suerte de excéntricos millonarios sinvergüenzas.

La represión a los médicos, ferrocarrileros, la matanza en Aguas
Blancas, Acteal, Los Chorros, las desaparecidas en Ciudad Juárez, la literal expulsión de millones de desesperados paisanos al país del norte, la desaparición de su propio candidato presidencial en 1994, los miles de mexicanos muertos so pretexto del combate al crimen, la barbarie de Tlatlaya, y los crímenes de Ayotzinapa, son entre otros, las características de la delincuencia organizada, trasformada en el Estado. Ese es el holocausto mexicano

Foto: Francisco Gómez

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