"Y todo cambio en el Vaticano, al cambiar de un proyecto de una «Iglesia sinodal» a la realidad de un gobierno autoritario, que era más que necesario o a Francisco, se le deshacía en las manos su pontificado. Así continúa esta estupenda relatoría del colega Jean-Bemoit Poulle:"
OPINIÓN
Por Teodoro Rentería
Arróyave
Martes 6 de mayo de 2025
DÉCIMA PARTE
CUERNAVACA, MORELOS. Y todo cambio en el Vaticano, al
cambiar de un proyecto de una «Iglesia sinodal» a la realidad de un gobierno
autoritario, que era más que necesario o a Francisco, se le deshacía en las
manos su pontificado. Así continúa esta estupenda relatoría del colega
Jean-Bemoit Poulle:
En cuanto a su gobierno, Francisco fue elegido con una hoja
de ruta sencilla: reformar la Curia. Se puso manos a la obra desde el principio
de su pontificado, con la creación de un nuevo organismo que, en cierto modo,
la elude: el Consejo de Cardenales, o «C8», luego «C9», compuesto, además de su
mano derecha, el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, por ocho altos
prelados, generalmente arzobispos en funciones en metrópolis de los cinco
continentes, y no cardenales de la Curia. Se supone que estos jerarcas deben
hacer valer su experiencia sobre el terreno para dar al papa una visión
programática general.
Pero el C9 no se ha librado de las vicisitudes: su
moderador, el cardenal hondureño Óscar Maradiaga, acusado de malversación de
fondos y encubrimiento de abusos sexuales, tuvo que ser apartado; lo mismo
ocurrió con otro miembro de este organismo, el cardenal australiano George Pell
(1940-2023), que, a pesar de sus orientaciones mucho más conservadoras, desempeñó
un papel clave en las reformas del papa como secretario para la Economía del
Vaticano, encargado de la reforma de sus finanzas: acusado personalmente de
agresión sexual, condenado en primera instancia y luego encarcelado en
Australia, Pell fue finalmente absuelto en apelación en 2019.
En lo que respecta a la buena gobernanza de la Santa Sede,
es innegable que se han registrado notables progresos en materia de
transparencia, cumplimiento de las normas internacionales, etc. El organigrama
de la Curia se ha simplificado, con la reunión de varios Consejos Pontificios
en dos grandes Dicasterios (ministerios), uno para el «desarrollo humano
integral» y otro para «los laicos, la familia y la vida» (2016), confiados a
hombres de confianza del papa.
Estos cambios culminaron en 2022 con la promulgación de la
constitución apostólica Praedicate Evangelium: de espíritu decididamente
misionero, otorga por primera vez la preeminencia al Dicasterio para la
Evangelización, presidido por el papa mismo (fusionado con el de la Nueva
Evangelización, una de las pocas innovaciones institucionales de Benedicto
XVI), sobre el de la Doctrina de la Fe: como si el anuncio de la Buena Nueva,
el kerigma -proclamcación-, prevaleciera ahora sobre la defensa de la ortodoxia
doctrinal.
A partir de ahora, todos los jerarcas de la Curia están
obligados a presentar su dimisión al papa al cabo de cinco años de ejercicio de
su cargo, pudiendo el pontífice optar por mantenerlos durante otros cinco años
o destituirlos. Por primera vez, nombró a una religiosa, la italiana Simona
Brambilla, al frente de un dicasterio, el de la vida consagrada, lo que no hace
sino reflejar el abrumador predominio numérico de las congregaciones religiosas
femeninas sobre las masculinas en la Iglesia.
En el fondo, el papa escenificó de manera espectacular sus
conflictos con la Curia, porque encontró en ellos el apoyo de un eficaz relato
que le permitió preservar su dominio carismático y su aura mediática frente a
una burocracia que siempre frenaría sus intuiciones y consignas. Esta
«distribución de papeles» del «buen papa» contra los «malos consejeros» tenía
la ventaja de salvaguardar el trabajo de fondo de la Curia y de sus hombres de
la sombra.
Sin embargo, ha habido verdaderos episodios de tensión entre
el papa y la curia; el más resonante fue el discurso del 22 de diciembre de
2014, en el que, en lugar de los esperados deseos de Navidad, el papa Francisco
enumeró las «15 enfermedades» que minan la curia (chismes, rigidez,
funcionariado, pero también «Alzheimer espiritual» o «cara de funeral» …). Es
cierto que se ha mostrado como un «jefe» extremadamente duro y exigente con sus
propios empleados, sin dudar en reprenderlos en público.
Pero una de las claves de lectura del pontificado sigue
siendo el marcado contraste entre el permanente llamado a la «sinodalidad», es
decir, la inscripción de la Iglesia en una gobernanza colectiva y compartida,
que prolonga y profundiza la «colegialidad» deseada por el Vaticano II, y la
realidad de la práctica del poder pontificio, más centralizada y autoritaria
que nunca.
Francisco gobierna con motu proprio (decretos ejecutivos
personales), a menudo elude a su propio entorno con sus imprevisibles tomas de
posición, y prefiere que los problemas sean tratados por comisiones ad hoc en
lugar de por los servicios dedicados de la Santa Sede. Así sucedió con la
crisis de gobernanza de la Orden de Malta en 2017: para resolver las
divergencias de línea entre sus dirigentes, Francisco, tras una breve
entrevista, exigió y obtuvo la dimisión inmediata del gran maestre de esta
orden militar y hospitalaria, teóricamente «soberana».
Posteriormente, prescinde del cardenal protector de la
orden, el muy conservador estadounidense Raymond Burke, con quien sus
relaciones son notoriamente difíciles, y nombra a su propio delegado especial
ante la orden de Malta, monseñor Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de
Estado. Sin embargo, el mismo Becciu, que se ha convertido en cardenal y
prefecto para la Causa de los Santos, pronto es acusado de dudosas inversiones
inmobiliarias realizadas en nombre de la Santa Sede, en beneficio de sus
allegados: el papa le retira entonces todas sus prerrogativas (2020), y en el
Vaticano se celebra un juicio penal por malversación de fondos, aún en curso.
Sin prejuzgar la culpabilidad en este asunto del prelado
sardo, que además procede del séquito curial, nos encontramos ante un problema
recurrente del pontificado: Francisco ha concedido demasiado pronto su
confianza a hombres que no la merecían, incluso, a veces, en escándalos de
abusos sexuales a menores: así, apoyó durante demasiado tiempo al obispo
chileno Juan Barros, declarado culpable de encubrir actos pedocriminales
cometidos por miembros de su clero, y reconoció en 2018 un grave error de
juicio, lo que llevó a la dimisión colectiva del episcopado chileno.
Recientemente, se han alzaron voces para que el papa se distancie claramente de
otro jesuita, el esloveno Marko Ivan Rupnik, un apreciado artista de mosaicos
en el Vaticano, que ya había sido objeto de sanciones por los mismos motivos.
En este último ámbito, es innegable que Bergoglio, siguiendo
la estela de Benedicto XVI, ha iniciado reformas que han supuesto grandes
avances, con la formación de una Comisión Especial para la Protección de
Menores, presidida por el cardenal estadounidense O’Malley. Sin embargo, estas
medidas siempre parecieron ir con retraso en comparación con los escándalos
cada vez más sonados que estallaban en un número creciente de países, y parecen
haber chocado en el Vaticano con bloqueos inexplicables (el deseo del papa no
está en tela de juicio aquí), que llevaron a la dimisión sucesiva de varios
miembros de esta comisión, reconocidos expertos en el tema. En el caso francés,
la audiencia en el Vaticano de Jean-Marc Sauvé, redactor del informe encargado
por el episcopado sobre la violencia sexual contra menores, se aplazó sine die -sin plazo-, respeto el presente
de los verbos de acuerdo al momento de la redacción. CONTINUARÁ.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio
honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX,
Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional, Académico de Número y
Director de Comunicación de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG.
Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos
escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos
a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y el portal: www.irradianoticias.com
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