red-acciones.mx: Elios Edmundo Pérez Márquez

Ecos del 88 (6 de julio), por Elios Edmundo Pérez Márquez

<p style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;">"Cabe señalar que no ganó, pero en su Distrito fue donde el PMS obtuvo la mayor votación; algo que resultaba importante, ya que el PMS era el Partido que le daba seriedad y dignidad al triunfo de Cárdenas..."</span></p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFrfxK8gUU94YZPYJyZb5eCij_d90boetGoY7Rpdi0wGVkk3vwF_scCOdI_nSHA175PtMtcUU-Dc5OyLGZTaNthPCVTXFI7HZkk2fOoo2DfbpnwMMX-dpnMgu0xx0fpHkG5-DzG3JruIs-0owFBxn7SmZ4Yy6_TBKy22KyFgR86sMN-xUI2D-f34qTips/s959/1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="578" data-original-width="959" height="386" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFrfxK8gUU94YZPYJyZb5eCij_d90boetGoY7Rpdi0wGVkk3vwF_scCOdI_nSHA175PtMtcUU-Dc5OyLGZTaNthPCVTXFI7HZkk2fOoo2DfbpnwMMX-dpnMgu0xx0fpHkG5-DzG3JruIs-0owFBxn7SmZ4Yy6_TBKy22KyFgR86sMN-xUI2D-f34qTips/w640-h386/1.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="text-align: left;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: left;">Por <b>Elios Edmundo Pérez Márquez</b></span></p>

<p class="MsoNormal" style="text-align: right;">A la memoria de don Anselmo Magaña Martínez.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal">Lunes 3 de marzo de 2025<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal">Para 1987, a pesar de contar con el apoyo de varios
Partidos, nadie creía que Cuauhtémoc Cárdenas pudiera ganar la elección
presidencial de 1988 pero, después del proceso, nadie creyó en el triunfo de
Carlos Salinas de Gortari.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Sin embargo, el
triunfo del Frente Democrático Nacional no se pudo demostrar, debido a que no
contábamos con las Actas de Cómputo y Escrutinio. Sí. En aquel entonces, los
partidos que integraban el Frente, no nombraron suficientes representantes que
vigilaran las casillas y obligaran a que se respetara el voto ciudadano.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Tengo muy
presente aquel 6 de julio de 1988, por dos cosas: una porque, aunque no contaba
para él, voté por Heberto Castillo, candidato del Partido Mexicano Socialista
(PMS), quien, unas semanas antes, declinó a favor de Cuauhtémoc Cárdenas y
metió en un brete al malvado PRI y a su candidato de infausta memoria.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;">     </span>La otra es que,
después de las seis tarde, el inolvidable don Anselmo Magaña (qepd), y yo,
permanecimos afuera de una de las casillas instaladas en la colonia Viveros
Xalostoc y, a través de la reja, observamos el conteo de votos.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Tanto don Anselmo
como yo, nos llenamos de asombro al ver que, los funcionarios de casilla,
separaban los votos, por Partido y, evidentemente, los votos por Cárdenas, eran
muchos más, ya que contaba con el apoyo del PFCRN, PARM, PPS y PMS; de tal
suerte que, al contarlos y sumarlos, dieron como resultado 367, mientras que,
para el PRI, sólo fueron 83.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Era una situación
inédita, imposible de creer; más para don Anselmo que para mí, pues él era
candidato del PMS a Diputado Federal, en ese Distrito Electoral.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Cabe señalar que
no ganó, pero en su Distrito fue donde el PMS obtuvo la mayor votación; algo
que resultaba importante, ya que el PMS era el Partido que le daba seriedad y
dignidad al triunfo de Cárdenas, pues los otros (PFCRN, PPS y PARM), eran
Partidos de risa, satélites del PRI que, después, enseñarían el cobre y
dejarían una nefasta herencia, que pervive hasta nuestros días.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;">     </span>A la medianoche,
luego de conocer los resultados que llegaron al Consejo Distrital Electoral,
don Anselmo Magaña, hombre de izquierda, héroe de mil batallas, pemetista
forjado en la lucha sindical, nos invitó a recorrer las calles cercanas y, un
nutrido grupo de militantes del PMS, R-Cs, R-Gs, y uno que otro vecino
noctámbulo, salimos a recorrer las calles, a gritar nuestra alegría y proclamar
la victoria de Cuauhtémoc Cárdenas.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Después vino el
fraude, la caída del sistema, las marchas multitudinarias, la protesta…y el
nacimiento del PRD. Pero eso, es otra historia.<o:p></o:p></p>

<p class="MsoNormal">eliosedmundo@hotmail.com<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">ra</p>

Ecos del 88 (6 de julio), por Elios Edmundo Pérez Márquez

"Cabe señalar que no ganó, pero en su Distrito fue donde el PMS obtuvo la mayor votación; algo que resultaba importante, ya que el PMS ...

Los Santos Reyes (para mayores de 12 años) | Elios Edmundo Pérez Márquez

<br />
<div style="text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<o:p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpMtkdv2Adqz98Q_u868auUKRgh9oCefudrkf0ju2Iqol2HJ4fEkmXMGjjKaw7FrbJ3Rugb1yl_hRqMg1W_6ucZSDqg5xheVAuAFRkflVMqU_fuQnxrRFdv-axa_uXcNz8kqVu6vPQ-Hs/s1600/ecatepec_reyes_villa_+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="622" data-original-width="960" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpMtkdv2Adqz98Q_u868auUKRgh9oCefudrkf0ju2Iqol2HJ4fEkmXMGjjKaw7FrbJ3Rugb1yl_hRqMg1W_6ucZSDqg5xheVAuAFRkflVMqU_fuQnxrRFdv-axa_uXcNz8kqVu6vPQ-Hs/s640/ecatepec_reyes_villa_+1.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">JORGE VILLA.</td></tr>
</tbody></table>
</o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: x-large;"><b>Los Santos Reyes</b></span><o:p></o:p></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;">(Prohibido para niños
menores de 12 años)</span><o:p></o:p></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Elios Edmundo Pérez
Márquez</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i>Para mi hermana
Ludmila, en su cumpleaños.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Red-Accion | <b>Ecatepec, Méx.,</b> lunes 6 de enero de 2020<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Como, a sus 52 años, doña Jose no tenía hijos, se puso feliz
cuando Cecilia, su vecina, le pidió que le guardara los juguetes que, “los
Santos Reyes” les traerían a sus hijos<span style="mso-spacerun: yes;"> 
</span>el siguiente 6 de enero y se sintió parte del plan, una cómplice de la
felicidad, una abuelita de tres nietos recién llegados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Era diciembre,
época de posadas y, además de su trabajo en el hospital, Cecilia consiguió un
puesto en el tianguis nocturno de Ciudad Azteca, con jornadas que se
prolongaban hasta las dos o tres de la madrugada. A pesar de ello, todas las
mañanas, tratando de que, sus hijos, no la vieran, le llevaba, a doña Jose, uno
o dos juguetes, que ella guardaba en una de las habitaciones, que se
encontraban en la parte alta de su casa y, al hacerlo, experimentaba esa
agradable sensación de secreto y misterio, que sólo los padre con hijos
pequeños experimentan año con año. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Doña Jose vivía
con don Heladio, su marido, quien, todas las mañanas, muy temprano, salía a su
trabajo en el rastro municipal, del cual regresaba ya muy avanzada la noche, y
nadie los visitaba; no obstante, durante esos días, para evitar cualquier
sorpresa, en cuanto don Heladio salía, se aseguraba de cerrar con llave la
puerta de su casa, temiendo que, alguna persona o los hijos de Cecilia, se
dieran cuenta de lo que escondía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Se moriría de
vergüenza y de pena si, los niños<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>se
llegaran a enterar de que, en algún lugar de la casa, tenía escondidos los
juguetes que recibirían el Día de Reyes, y más avergonzada se sentiría ante
Cecilia, quien había depositado, en ella, toda su confianza<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>y la había hecho partícipe de ese emocionante
juego que, nunca antes, había jugado. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>El 5 de enero,
doña Jose no cabía de la inquietud. Una y otra vez salía de la habitación donde
estaban los juguetes, como si temiera que fueran a desaparecer, como por arte
de magia y los contaba, los acomodaba de una manera y, luego, los volvía a
revolver.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Al mediodía,
cuando fue al mercado, no pudo resistir la tentación y, como no sabía nada de
juguetes, en el tianguis que le quedaba de paso, adquirió tres pantalones, del
mismo modelo, pero distinto color y talla, y tres bolsas de dulces, para<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>incorporarlos al conjunto de juguetes que
tenía en su casa y que, en unas horas más, provocarían la alegría de los tres
niños de Cecilia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>Cerca de las ocho
de las noche, Cecilia, antes de irse al tianguis nocturno, la pasó a ver, para
entregarle los últimos juguetes, con los que completaba la lista que había
visto en las cartas que, sus hijos, les habían dirigido a los Reyes Magos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Se notaba muy
cansada. Ya era más de un mes de doble jornada laboral, el<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>trabajo en el hospital y la vendimia en el
tianguis. Sin embargo, se sentía satisfecha. Gracias a ello, pudo juntar lo
necesario, para que sus hijos tuvieran un feliz Día de Reyes; hoy, sería la
última noche de desvelo<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>y estaba
convencida de que, su sacrificio, no había sido en balde.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Quedaron de verse
a la medianoche, ya que los niños se hubieran dormido, para instalar los
juguetes en el lugar apropiado; de tal suerte que, al despertar, los tres
niños, se volverían locos de contento con los juguetes que les habían traído
los Reyes Magos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Sólo esperaba que
Cecilia no llegara muy tarde, ya que, según le comentó, además de tener el
sueño muy pesado, con las desveladas del último mes, se sentía agotada y, cada
día, le costaba más trabajo despertar; así que se pusieron de acuerdo para<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>que fuera por los juguetes, antes de
dormirse.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Cerca de las diez
de la noche, aún inquieta por la llegada de los Santos Reyes, después de
bañarse, doña Jose hizo una última vista al cuarto donde estaban los juguetes y
los tres pantalones. Entró en la habitación, donde su marido dormía,
profundamente, y roncaba como un bendito. Se acostó a su lado y se quedó
dormida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>A la mañana
siguiente, despertó por el llanto y los gritos de los hijos de Cecilia. Aun no
salía el sol, pero los tres chiquillos, en pijama, lloraban desconsolados, y le
gritaban a su mamá que los Santos Reyes, no les habían traído nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Abuela sin
nietos, compañera de causa, cómplice del secreto, doña Jose no pudo tener una
mejor idea, para remediar la situación, evitar un trauma a los niños y
salvaguardar el buen nombre de los tres Reyes Magos; así que, bajó los juguetes
a la sala, los esparció por el piso y salió de su casa,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>gritando:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-¡Doña Cecy, doña Cecy, ábrame la puerta; que, en mi casa,
hay un montón de juguetes para sus niños¡ ¡Yo creo que los Reyes<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>Magos se equivocaron! ¡Doña Cecy, Doña Cecy!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
eliosedmundo@hotmail.com<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ra.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>

Los Santos Reyes (para mayores de 12 años) | Elios Edmundo Pérez Márquez

JORGE VILLA. Los Santos Reyes (Prohibido para niños menores de 12 años) Elios Edmundo Pérez Márquez Para mi hermana Lu...

La Izquierda, no ha sabido, o no ha podido… | Elios Edmundo Pérez Márquez

<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyieLYxlapxMQWIWl39E6xM3b4Kuowlfxy_pbczjUuwEbZYOopHG4EjMq6kA9URShHnX-xDXed3vE9yAXk2rvJIUnAz__BNPlcYNg7b4PsNQG2lNrgkZ9ZbgZFoJLTjx2XXIGALIN8A_Y/s1600/55248431b5064.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="533" data-original-width="913" height="372" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyieLYxlapxMQWIWl39E6xM3b4Kuowlfxy_pbczjUuwEbZYOopHG4EjMq6kA9URShHnX-xDXed3vE9yAXk2rvJIUnAz__BNPlcYNg7b4PsNQG2lNrgkZ9ZbgZFoJLTjx2XXIGALIN8A_Y/s640/55248431b5064.jpg" width="640" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: x-large;"><b>La Izquierda, no ha
sabido, o no ha podido…</b></span><o:p></o:p></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Elios Edmundo Pérez
Márquez</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: right;">
<span style="mso-spacerun: yes;">                                          </span><br />
“El
poder, a los inteligentes los ofusca y,<o:p></o:p></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: right;">
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a los pendejos, los vuelve locos”<o:p></o:p></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: right;">
<span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: x-small;"> <b>Gonzalo N. Santos</b>.
(político priista 1897-1978)</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: right;">
<o:p><i><br /></i></o:p></div>
<div style="text-align: right;">
<o:p><i>Jueves 15 de agosto de 2019</i></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Donde se ve y se demuestra que, lo cortés, no quita lo
valiente y que, “tú puedes dejar el barrio, pero el barrio nunca te deja a ti”.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ellos, algunos, sólo querían ser Representantes Populares, o
sea, Diputados. ¿Por qué Partido? Eso era lo de menos. Por el que fuera,
siempre y cuando, les hiciera realidad su sueño. Tenían un discurso para cada
uno; un decálogo de frase nuevas, un catálogo de recetas, para los distintos
auditorios; un ademán, una sonrisa, una pose para la fotografía; un código de
conducta, una declaración de prensa, playeras y corbatas de cualquier color, blancas,
amarillas, rojas, verdes, azules, tornasoladas y hasta color guinda o negras,
por si se requería.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>A veces son “los
ilustres desconocidos”, los “abajo firmantes”, “los falsos profetas” y, por
azares del destino, se convierten en una monserga, una piedrita en el zapato,
un secreto a voces: el esposo de…, el hermano de…, la hija de…, el sobrino de…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Son
impresentables, se ahorcan con la corbata o la pañoleta, se tropiezan con su
sombra, se pelean con el idioma y se defienden más sin hablar o, dicho de otra
manera: calladitos, se ven más bonitos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">      </span>Son los
Diputados locales. Siempre son “muy honrosas”, y muy escasas (escasísimas) excepciones;
con lo que se confirma que, la Izquierda, no ha sabido, o no ha podido, educar
a sus representantes, por lo menos, para que, <b>con honrosas excepciones</b>,
“no se luzcan con las visitas”, “y no nos quemen con la palomilla”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">   </span>Un poco de
educación, nunca está de más, al igual que un poco de decoro, un poco de
respeto, un poco de humildad, un poco de esfuerzo, un poco de respeto;
atributos que siempre son bien recibidos y tomados en cuenta por la gente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Luego dicen, por
ahí que, uno, es irrespetuoso. Parece una consigna. La Izquierda,
ideológicamente confundida, permanentemente confrontada<span style="mso-spacerun: yes;">            </span>y eternamente dividida, nunca
presenta lo mejor que tiene, para hacer frente al sistema de explotación y
oprobio, que viven las mayorías, sino al hermano de…, al hijo de… al etcétera
de…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>No es mala fe, ni
mala onda. El representante popular, a la primera oportunidad, le faltará el
respeto a alguien, ofenderá a los demás, eliminará a algunos contactos de su
Facebook, no aceptará a otros, dejará plantados a varios, varias veces, o
llegará tarde porque, ahora, lo puede hacer y lo hace. No tiene otra forma de
hacerse notar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Hay de todo, los
que han leído una novela y ya se sienten literatos; los que han leído un libro
de historia, y ya se sienten historiadores; los que han leído uno de arte, y ya
se creen eruditos, claro, con muy honrosas y escasísimas excepciones. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Usted no los
contrataría pata formar parte de un escuadrón, de respuesta inmediata, de la
Guardia Nacional, ni para darle la responsabilidad de manejar un autobús de la
línea San pedro-Santa Clara; mucho menos, para estar en el equipo de
resanadores y preparadores de una casa expendedora de pinturas. Sin embargo,
los tiene como representantes populares, haciendo leyes, que se discuten y
aprueban, pero nunca entran en vigor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">      </span>Lejos de
elaborar, proponer, defender y aprobar una iniciativa, aún les falta adquirir
una camioneta de lujo, comprar una casa o echarle el segundo piso a la que
ocupan; viajar a un país exótico, comprar ropa de marca, hacerse la
liposucción, o alguna cirugía estética, conseguirse otra pareja, visitar más de
un restaurant de lujo, volverse vegano y tramitar una membresía en el gimnasio,
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>Con honrosa y muy
escasas excepciones,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>son los que alaban
y reconocen como congruentes a los que, al igual que ellos, nunca han militado,
ni realizado acciones de partido; los supermanes de izquierda, sin talento, sin
carisma, sin trayectoria y que, por fortuna, concluido su mandato de tres años,
volverán al ostracismo, al anonimato, del que nunca debieron salir, y salvarán
a la humanidad de verlos envueltos en sus trajes de superhéroes, de poliéster y
en color verde olivo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
eliosedmundo@hotmail.com<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ra.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>

La Izquierda, no ha sabido, o no ha podido… | Elios Edmundo Pérez Márquez

La Izquierda, no ha sabido, o no ha podido… Elios Edmundo Pérez Márquez “El po...

Por qué Heberto | Elios Edmundo Pérez Márquez: Autor

Por qué Heberto | Elios Edmundo Pérez Márquez: Autor

Ingeniero, científico, político y catedrático, Heberto Castillo Martínez, durante una visita a Ecatepec, en 1988. Foto de Jorge V...

¿Con quién me siento? | Crónicas / Autor: Elios Edmundo Pérez Márquez

<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">* Por un momento, pensé en sentarme en la misma mesa que mi
cuñado Jorge, pero no. Yoli, su esposa, es tan corriente, que da toques… </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHjW02s4Ea6CK5YqnnOFOFTum1SnCcHqd2GO0KsMdVrKlrN55Y1dS7LoWtuK_W9vxP-pmJiQaTFfrAIc7kY-ABu6_oVSRgcJBKgHnXOFt1AAB9QJ3JAziSP7gdrlw0UVpaqnLm9UAmTSw/s1600/google.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="288" data-original-width="960" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHjW02s4Ea6CK5YqnnOFOFTum1SnCcHqd2GO0KsMdVrKlrN55Y1dS7LoWtuK_W9vxP-pmJiQaTFfrAIc7kY-ABu6_oVSRgcJBKgHnXOFt1AAB9QJ3JAziSP7gdrlw0UVpaqnLm9UAmTSw/s640/google.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i>Red-Accion | viernes 22
de marzo de 2019</i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
Los 15 años de mi sobrina La Güera. Qué bárbaro. Cómo se
pasa el tiempo. Me voy a un lugar común, pero es cierto: parece que fue ayer
cuando, envuelta en su ropón,  la
llevamos a la iglesia y el padre Saúl le echó agua bendita en la pelona, ya
que, en aquel entonces, aún no tenía sus rizos color de trigo, ni esas pestañas
azules y, mucho menos, ese tatuaje en el cuello.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-tab-count: 1;">         </span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Antes de que
empezara la fiesta, me fui a dar una vuelta por el salón. Muchas mesas con diez
sillas forradas<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>cada una, un arreglo
floral y una vela adornada al centro, vasos de vidrio, platos de loza,
servilletas de tela; todo el estilo de mi cuñada Teo, a la que no se le
escapaba una pero, de pronto,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>me asaltó
un temor: Si había llegado solo, ¿con quién me iba a sentar?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">      </span>No me iba a
sentar con mi hermano Julián; no por él, creo que es el más ameno de mis
hermanos, pero Flor, su vieja, es insoportable: detesta a los homosexuales y se
pasa el tiempo hablando horrores de ellos: “que ya están en el gobierno, que
despachan gasolina, que atienden los Mc Donalds y los OXXOS”, y es por eso que,
no deja que mi hermano vaya solo a cargar gasolina; menos, a partir de que se
hicieron las filas por el desabasto. Ahora resulta, según ella, que los Gays,
son los culpables de las enfermedades, del desorden, de la desigualdad, la
falta de combustible, el narcotráfico y la infidelidad. Pinche vieja.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Tampoco me iba a
sentar con mi hermano Mario. Siempre está chingando con que “por qué no dejas
de fumar, por qué no te cortas el pelo, cómprate otro coche, sólo a ti se te
ocurre seguirle yendo al Cruz Azul, deja de usar ese perfume, pareces vieja; el
estado ideal del hombre es el matrimonio,<span style="mso-spacerun: yes;"> 
</span>si no fueras tan mal hablado, ya te hubieras conseguido otra esposa”. Y
su mujer era peor. Una semana en España, y ya arrastraba las “eses”, defendía
las corridas de toros y le iba al Real Madrid.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Por un momento,
pensé en sentarme en la misma mesa que mi cuñado Jorge, pero no. Yoli, su
esposa, es tan corriente, que da toques, tiene una vocecita horrible, siempre
está mascando chicle,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>habla hasta por
los codos y<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>lleva<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>una vida muy superficial. Se la pasa hablando
de los fitnes y los pilates, los Spa, el Gym. Se gasta el presupuesto familiar
en comprar todas esas porquerías que anuncian en la televisión: el Cell Master,
el Dream Tents, el Cerafil-Fusión o Nicer Dicer, y no sé cuántas otras
chingadera. Si te apendejas tantito, te embarca con unas almohadas Sogñare, que
no le gustaron o unos zapatos de Price Shoes, que no le quedaron.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Mi compadre Ciro.
Tan viejo y traqueteado, ya se le iba la onda. Estaba en los inicios del
Alzheimer y resultaba muy difícil y agotador estar a su lado. Repetía, una y
otra vez, pasajes de su vida, de hace 50 o 60 años. Escucharlo una vez, estaba
bien, pero lo volvía a contar; si nadie le decía nada, se seguía platicando de
lo mismo. Todos le rehuían, y mi comadre Perla, buscaba la manera de dejarlo a
mi lado, para no tener que cuidarlo. No era mala onda, pero uno no está
preparado para tolerar y entender a una persona con ese problema.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Cuando llegaron
mi sobrina Luisa y Óscar, su marido, sentí un gran alivio. Aunque nunca
habíamos convivido en las fiestas y reuniones, ambos eran universitarios,
profesionistas, y tendríamos la oportunidad de conversar y conocernos. Siempre
es grato, encontrar gente preparada<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>y no
estar hablando de puro<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>futbol. Sin
embargo, en el primer intento, apenas en el saludo, cuando me preguntó por mi
hijo, me quedó bien claro que Óscar era más pendejo que cualquiera de mis
hermanos.<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
-¿Ya llegó Gero? -me preguntó.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-No -le dije-, viene en camino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Oiga -me dijo-, ¿y por qué Gero se dejó el bigote? Qué
onda, ¿no?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-¿El bigote? -pregunté.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Sí -me respondió, con una seguridad, que hasta me hizo
dudar. Nos enseñaron unas fotos en las que está con bigote.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-¿Seguro? -pregunté-, porque Gero<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>tiene barba, desde hace muchos años…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Nomás se me quedó
mirando, con su cara de pendejo y no supo qué decir, al igual que Luisa, quien
puso la misma cara y me miró como ofendida. Comprendí que, con ellos, no me iba
a sentar y, para colmo de males, Gero, mi hijo, todavía tardaría algunas horas
en llegar. Estaba frito.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Cuando llegó mi
hermana Renata, entré en pánico. Aunque nunca había participado, ni realizado
ninguna acción de Partido, se asumía comunista y se<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>había pasado los últimos años denostando a
López Obrador, a través del face book:<span style="mso-spacerun: yes;"> 
</span>“que era un tirano, un intolerante, un dictador, un déspota; que, si
llegaba a la Presidencia, acabaría con el país, aumentaría la corrupción,
cancelaría el aeropuerto de Texcoco y se perderían millones de pesos y miles de
empleos, que se devaluaría el peso y se caerían los mercados”. Todo lo que
escuchaba en la televisión y repetía, sin ton ni son.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
-¿Ya ves? -me dijo. Te lo dije. No hay gasolina, las
estaciones están llenas de gente, y hay filas de varias cuadras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Al presidente
López Obrador, se le había ocurrido ponerse a combatir a los “huachicoleros” y
frenar el robo de combustibles, justo el día que mi sobrina cumplía sus 15
años; por lo menos, se hubiera esperado un día, para no tener que escuchar los
reproches de mi hermana Renata y de los demás invitados a la fiesta. No me la
iba a acabar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Para colmo de
males, la fiesta estaba por empezar y, aunque me daban ganas de largarme, le
había prometido a la Güera, que bailaríamos toda la noche, en especial esa de
“a mí volvió loco tu forma de ser”. Así que, hice de tripas de corazón, y me
aguanté las ganas de tomarme un trago, pues tenía que estar en mis cinco
sentidos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">      </span>En eso estaba,
cuando llegó Blanca, una amiga de la familia, acompañada de Héctor, su marido,
otro desconocido, de quién no sabía ni a qué equipo le iba, ni qué religión profesaba;
a la mejor era comunista.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>No obstante, los
saludé con mucha amabilidad y, a Héctor, le invité una cerveza.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
-¿Quieres una cerveza? -le pregunté.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Lo mismo que tú -me dijo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-No -respondí. Es que yo ya no tomo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Caray -exclamó-, ¿hasta eso logró ese señor?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-¿Cuál señor? -preguntó Renata.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-López Obrador -respondió Héctor, con claro énfasis.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-¿Qué logró? -preguntó mi hermana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Pues casi nada -respondió Héctor-, pararle los tacos a los que se roban los combustibles, y que Jaime dejara de tomar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>No fue necesario
que dijera más. Esbocé una leve sonrisa y me envolvió una gran seguridad,
respiré aliviado y me dije a mí mismo: ¡con este cabrón me siento!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />

¿Con quién me siento? | Crónicas / Autor: Elios Edmundo Pérez Márquez

* Por un momento, pensé en sentarme en la misma mesa que mi cuñado Jorge, pero no. Yoli, su esposa, es tan corriente, que da toques… ...

ROMA | Autor: Elios Edmundo Pérez Márquez

<br />
<div style="text-align: center;">
 </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<o:p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNDb9y1GWJq3X0eeb30BXFYjB5GXfg3yBJvA78mIBq2f2M5RByCS7DVVd4Bz32hhDyd-dd1w42q5BkuE-9UEBpfPjLYQLEpz7M-jyeOQWmvtbp-Jvpi4uhyoU341R43P6YgB6_bWq-Io8/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNDb9y1GWJq3X0eeb30BXFYjB5GXfg3yBJvA78mIBq2f2M5RByCS7DVVd4Bz32hhDyd-dd1w42q5BkuE-9UEBpfPjLYQLEpz7M-jyeOQWmvtbp-Jvpi4uhyoU341R43P6YgB6_bWq-Io8/s640/1.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Protagonistas. Foto Especial.</td></tr>
</tbody></table>
</o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Red-Accion | <b>Ecatepec,
Méx.,</b> jueves 21 de febrero de 2019</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La ciudad de México (CDMX), sus templos y jardines, sus
monumentos, sus barrios y colonias, edificios, plazas, mercados, calles,
avenidas, salas de cine, teatros, auditorios, casas, vecindades y, por qué no,
hasta algunos de sus departamentos, bien valen una película.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Alfonso Cuarón
(28/nov/61, CDMX), ha tenido a bien regalarnos, en una<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>película, un trozo de sus recuerdos,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>de cuando nuestra<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>ciudad era habitable, amable y transitable;
una historia<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>sencilla, divertida<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>y formidable, en la que se demuestra, una vez
más que, un buen guion, es<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>la parte más
importante de una producción y que no siempre es necesario enfrentar a un
planeta contra otro y llamar a los superhéroes más sofisticados, ya que, cada
quien tiene, o adopta, a sus propios héroes, y no todos usan capa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Su película es
una evocación a la memoria, a la buena memoria; a esa parte de la historia que,
como bien dice Gabriel García Márquez “es lo que uno recuerda y cómo lo
recuerda” (para contarla, en libro o video). <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4Jp5lo6-pLmi5mdEaXnUFcHYaP6gjBY-T3KxQEFgqamFpClvRK1cjkjU1WnLS_640tD2cHmaGO5fj2e12bGJINXHSbnZzMJwSPzzZI0-n5ymHNMCoNDYxv4_rHOEQFefARtlt5RKhTpA/s1600/2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4Jp5lo6-pLmi5mdEaXnUFcHYaP6gjBY-T3KxQEFgqamFpClvRK1cjkjU1WnLS_640tD2cHmaGO5fj2e12bGJINXHSbnZzMJwSPzzZI0-n5ymHNMCoNDYxv4_rHOEQFefARtlt5RKhTpA/s640/2.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alfonso Cuarón. Foto Especial.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
     Como casi todas
las buenas películas mexicanas (Los Caifanes, 1966; Los Olvidados, 1950; Amores
Perros, 2000;  Rojo Amanecer, 1989; Sexo,
pudor y lágrimas, 1999), ROMA está filmada en la ciudad de México; la misma
ciudad que Carlos Fuentes llamó “La región más transparente”; a la que Efraín
Huerta le hizo una “Declaración de odio”, y en la que vivieron personajes tan
notables y entrañables, como Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco o Renato
Leduc, por mencionar sólo a algunos.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Para todos
aquellos que, a la fecha, nos movemos entre los 50 o 60 años de edad, o algo
más, ROMA, nos mueve los recuerdos, los sentimientos y las emociones. En cuanto
a los recuerdos, ni duda, el 10 de junio de 1971, los Halcones, grupo
paramilitar, auspiciado por el gobierno de Luis Echeverría, para reprimir las
protestas estudiantiles; el cine Las Américas, ubicado en la avenida de loa
Insurgentes; un hospital del Seguro Social y,<span style="mso-spacerun: yes;"> 
</span>en cuanto a los sentimientos, la vida en blanco y negro, la familia
toda, reunida ante la televisión, viendo programas en blanco y negro, pero
también, el rompimiento entre una pareja, la separación, el padre que abandona
la casa, con un pretexto absurdo cuando, en realidad, se va con otra mujer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxOsCIC25asJMj5WG-WP42jxMiZenk7FLuJhAuFYepV5_qkkbnHymF4JztekKKLLTkAFQwumcbzOuGtKwB0J3_5myQOvYOkmvO5xywE4YlZy2l-FiiuAQ34F7bnADXLvciDpaQS0Pr1Rg/s1600/3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxOsCIC25asJMj5WG-WP42jxMiZenk7FLuJhAuFYepV5_qkkbnHymF4JztekKKLLTkAFQwumcbzOuGtKwB0J3_5myQOvYOkmvO5xywE4YlZy2l-FiiuAQ34F7bnADXLvciDpaQS0Pr1Rg/s640/3.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">10 de junio de 1971. Foto Especial.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
     Tengo que
reconocer que, esa parte de la película, me conmovió hasta la médula de los
huesos; de pronto, me vi de joven, casi niño, en esa casa que habitábamos mis
padres, mis hermanos y yo; ése, mi único universo, el Macondo, que habitábamos
y donde vivimos “nuestros años felices”, 
en una sala, habitada por una televisión en blanco y negro, y
disfrutábamos de los  manjares, que
salían de la cocina, que habitaba mi mamá 
y de una cama muy desvencijada, a la que llamábamos “la canoa”.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>El ejemplo que
Cuarón pone en su película, es tan válido, como todos los que se dieron en esa
época y los que se siguen dando en la actualidad, a pesar de que, a veces,
pretender no hacer daño a los hijos, es un acto de maldad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Cuando las parejas
con niños<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>se separan, les mienten a los
hijos, sin<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>imaginar el daño que les
ocasionarán cuando se descubra la verdad. En el filme, la pareja, patrones de
Cleo, deciden separarse, y urden una mentira piadosa, para que los niños no
sepan que, su papá anda con otra mujer: deciden argumentar que, el señor, se va
a Canadá.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheyPWKjosxZ5_EcojampuXIdmrldM38msMRDQaiYw4x5IPQg3CPpszhPlR26dOxZ2dmzwD6-SRp7I9yB1rqgHBO19qY6NBTo7Lach5fJS7qpJwPLZuupvzhlMDsWYBESiLdifD2nOdPLc/s1600/4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="479" data-original-width="655" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheyPWKjosxZ5_EcojampuXIdmrldM38msMRDQaiYw4x5IPQg3CPpszhPlR26dOxZ2dmzwD6-SRp7I9yB1rqgHBO19qY6NBTo7Lach5fJS7qpJwPLZuupvzhlMDsWYBESiLdifD2nOdPLc/s400/4.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cleo, el personaje encarnado por Yalitza Aparicio. Foto Especial.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
     Meses después,
Cleo y los niños, ven al señor en el legendario cine Las Américas, aunque los
niños se niegan a aceptar esa realidad. Es de una alta perversidad del papá,
irse de la casa  y decirles a sus  hijos que es para irse a Canadá, pero es peor
decirles, a los más pequeños, que se va por culpa de los mayores.  Mentiras de los años 70s.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Sin duda, el 10
de junio de 1971, marca una fecha fatal y simbólica para nuestro país, casi
tanto como el 2 de octubre de 1968. No fue necesario haber estado ahí, para
comprender el horror que se vivió y conocer la parte más oscura de algunos
gobernantes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>La abuelita de mi
novia, vivía en la Cuchilla del Tesoro, municipio de Nezahualcóyotl y, en esos
inicios de los 70s, nos platicaba, de lo extraño que le parecía ver,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>a un numeroso grupo de jóvenes lumpen,
ágiles, atléticos y con el cabello recortado que, domingo a domingo, muy
temprano, con disciplina militar, practicaban agotadores ejercicios, con una
vara de bambú.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">      </span>Era el gobierno
de Luis Echeverría, entrenando a quienes, en la primera oportunidad, atacarían
y asesinarían a los estudiantes, la parte más sensible de la sociedad. La
escena es, al mismo tiempo, artística y brutal, y nos trajo la imagen descrita
por doña Timotea, la abuelita de mi esposa. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Son las historias
de la gente sencilla, de los que no tienen voz, de los que viven al día, de los
que nunca se quejan, de los de a pie; tan cercanos a los demás, que no los
reconocen y que, sin embargo, siempre están ahí, como ángeles de la guarda,
para mitigar el hambre, la sed y el frío y, claro, todo ocurre en esta ciudad
maravillosa, antes Distrito Federal (D.F.) y hoy, Ciudad de México (CDMX), y en
la colonia ROMA, tan cercana y entrañable, como lo fue ayer, como lo es hoy y
como lo será por siempre. No es difícil de decir, pero uno se regocija al decir
que ROMA, es una de esas películas que se verían una y otra vez, con el mismo
gusto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
ROMA, México, 2018, de Alfonso Cuarón. Con Yalitza Aparicio,
Marina de Tavira, Nancy García García, Marco Graf, Daniel Demesa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
eliosedmundo@hotmail.com<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
    </div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br />

ROMA | Autor: Elios Edmundo Pérez Márquez

Protagonistas. Foto Especial. Red-Accion | Ecatepec, Méx., jueves 21 de febrero de 2019 La ciudad de México (CDMX), sus...

SIN GASOLINAS | Autor: Elios Edmundo Pérez Márquez

<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">* Un encargado debía permanecer 24 horas y descansar otras 24 horas; recibe un sueldo muy bajo que se compensa con las propinas pero hoy...</span><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Como a las 22 horas, acompañé a Javier a buscar
gasolina. Por su trabajo de taxista tipo Uber, pero sin ser Uber, necesitaba
cargar el tanque, al que apenas le quedaba la mitad de un cuarto, ya que, de no
hacerlo, no tendría combustible para realizar su chamba.<span style="mso-tab-count: 2;">         </span><br />
<span style="mso-tab-count: 2;">        </span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Visitamos unas 15
estaciones en Ecatepec y la suerte no nos sonrió; unas, estaban vacías y con
las luces apagadas, otras, con algún o alguna despachador(a) trasnochado o
trasnochada, que informaba a la gente, si<span style="mso-spacerun: yes;"> 
</span>llegaría o no, la pipa con el ansiado combustible. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifl_7wLomIKd9-LB6H1MokVXYT0wKvrRPalZUbHIvLhucsloLi3hYKuu8GDUWGawm32RZS4FKYNjamleSEHcbUXNP1K4_hyphenhyphen0fB0JSt2mwqfkp6SOaqDG5wWtv5FU9L_sXJ1TDOeXzhVQU/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="960" height="350" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifl_7wLomIKd9-LB6H1MokVXYT0wKvrRPalZUbHIvLhucsloLi3hYKuu8GDUWGawm32RZS4FKYNjamleSEHcbUXNP1K4_hyphenhyphen0fB0JSt2mwqfkp6SOaqDG5wWtv5FU9L_sXJ1TDOeXzhVQU/s640/1.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotos EEPM.</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
   No obstante, había
muchos automóviles y gente con garrafones, haciendo fila; algunos, según ellos,
formados desde las 9 de la mañana, lo cual hablaba de un gran sacrificio o del
pago de una manda, a la virgen de Guadalupe.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>Hay mucha
información falsa: que secuestraron una pipa, que otra chocó, que una más llegó
a la estación de Cerro Gordo, que si esto, que si lo otro o que si aquello.
Cada quien cree lo que quiere creer.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">   </span>En la estación de
Vía Morelos, frente a la Jumex, a un señor de la tercera edad, “alguien” le
dijo que la pipa llegaría por la tarde, y no perdía las esperanzas de que
llegara. A otro señor, más joven, que se encontraba en la gasolinera de
Laureles, “le pasaron el tip” de que la pipa acababa de llegar a esa estación
y, de inmediato, con auto y bidones integrados, se trasladó para acá<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>y “agarró un buen lugar”<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>Sin embargo, el
encargado nos aseguró que la esperada pipa, “no llegará sino hasta el día de
mañana, probablemente, como a las diez”.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Nosotros,
mientras tanto, nos dirigimos a La Laguna, ahí mismo, en Xalostoc; esa horrible
avenida, que empieza a la altura de la “Y”,<span style="mso-spacerun: yes;"> 
</span>llega al a R-1 y, ahí pegada al Banorte, hay una estación, pero cerrada
y no se ve ni un alma.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR_fjEGGRTj8P4mHl5tfLFT2kDrWcnILojbVgwe3uacBUPpwAkVT4d4NsR9h48Ywf2ex9cDW7HzNCuKS1NyfAAsnzNsMEvzosCasCkwF61U9Jf4-S_sfBa5CqK76uJqcAOUpHyQmQ0wT8/s1600/2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="960" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR_fjEGGRTj8P4mHl5tfLFT2kDrWcnILojbVgwe3uacBUPpwAkVT4d4NsR9h48Ywf2ex9cDW7HzNCuKS1NyfAAsnzNsMEvzosCasCkwF61U9Jf4-S_sfBa5CqK76uJqcAOUpHyQmQ0wT8/s640/2.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Sólo cuando uno
circula por ahí de noche, se puede convencer de lo feo que es esa avenida:
basura, baches, cascajo, baches, yerba crecida, baches, autos abandonados,
baches, tráilers estacionados, baches, árboles marchitos, baches, falta de
alumbrado, baches, coladeras sin tapa, baches, puestos de lámina, etcétera, etcétera,
y baches. No hay problema, aunque algunos despachadores toman café y comen
tamales, y cuentan con una tiendita de conveniencia, tampoco hay gasolina en la
estación cercana a la R-1.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>En una de las
estaciones de la R-1, el encargado yo creo que era del PRD, y me recordó a
Checa, el Niño Maravilla, ya que resultó muy acomedido y amable en extremo; de
ésos que, según ellos,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>te explican con
lujo de detalles y, entre más te explican, menos entiendes y más te confunden.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Lo cierto es que
nos aseguró que la pipa con gasolina, no llegaría sino hasta el próximo
miércoles. Sin embargo, al ver la larga fila de autos, le pregunté si eso ya se
los había informado a los conductores, y sí, ya se los había informado, pero un
hombre, de esos vivales, que se aparecen en todas partes, les cobró cincuenta
pesos por estacionarse frente a “su propiedad” y les aseguró que la pipa
tardaría una hora en llegar. Por supuesto, cuando el encargado, les dio otra
información, ni caso le hicieron y permanecieron en sus lugares. Al “Vivales”,
no lo volvieron a ver.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizPzKE8MOX9aDAkkxQvLnZcm9pCQx0c5RN7Rwx2P3UWvJVitLoN2q2HXEixFojaS2GK7_O_8LAtrZJePR7ANTM1MOfpZlx5qsA0UZLXaX0Gb1A7u3emGu59omEWyhCP-ftMteBKgBDc7E/s1600/4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="656" data-original-width="888" height="472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizPzKE8MOX9aDAkkxQvLnZcm9pCQx0c5RN7Rwx2P3UWvJVitLoN2q2HXEixFojaS2GK7_O_8LAtrZJePR7ANTM1MOfpZlx5qsA0UZLXaX0Gb1A7u3emGu59omEWyhCP-ftMteBKgBDc7E/s640/4.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">No había gasolina, nadie sabía si llegaría y cuándo llegaría.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>El encargado tenía
la orden de permanecer 24 horas, en su lugar de trabajo y descansar otras 24
horas. Le pagan un sueldo muy bajo, que se compensa con las propinas, pero hoy,
y desde hace algunos días, no ha habido y, en los días siguientes, no habrá. Lo
bueno fue que nos dio la certera información de que, la CDMX, tiene prioridad y
las pipas, que vienen de Hidalgo se van directamente para allá.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>En la siguiente
estación, también sobre la R-1, había más acción. Además de muchos autos
formados,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>mucha gente, igual, formada
con sus bidones, pero platicando, comprando atole y tamales,<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>plátanos y camote con dulce, dispuesta a
pasar la noche en vela u otro día, en espera de la gasolina.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">   </span>Javier se estacionó
sobre la R-1, mientras yo descendí del automóvil y me dirigí a la estación, en
busca del encargado, pero no estaba; quienes sí estaban, eran tres muchachas
despachadoras, una de ellas, preciosa, un rostro muy expresivo, de piel blanca,
hermosos ojos negros y lentes enormes, que enmarcaban su belleza.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>La misma historia
de siempre. No había gasolina, nadie sabía si llegaría y cuándo llegaría, lo
cierto es que, ellas tres, tenían que cubrir su turno de<span style="mso-spacerun: yes;">  </span>diez de la noche a seis de la mañana. Para
esto, las tres, se habían acomodado en una pequeña caseta, en la que apenas
cabían y traían puestas gruesas chamarras para soportar el frío.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>Luego, lo que ya
sabemos: no se les paga un salario, viven de lo que reciben de propinas, no
gozan de prestaciones, ni seguro social, ni vacaciones, ni esto, ni lo otro, ni
aquello, y algo más, la orden que tienen los choferes de la pipas es llevar el
combustible a la CDMX. Vienen de Tula, Hidalgo y, aunque atraviesan el
municipio, se siguen, para llevar la gasolina a la capital del país.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Lamenté tener que
abandonar esa estación y dejar de contemplar la belleza de la joven
despachadora, quien, luego de esbozar su regia sonrisa de princesa sacó, de su
mochila, un pequeño cojín, que se puso entre la nuca y la pared decidida, al
igual que sus compañeras, a dormir en esa posición tan incómoda y tener que
prescindir de las propinas del día o, mejor dicho, de la noche.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>Los anteriores
presidentes de la República, Peña Nieto, Calderón, Fox i otros innombrables, en
lugar de combatir el robo de gasolinas, lo consintieron y se hicieron
cómplices; se beneficiaron de ello y, con su venia, haciéndose de la vista
gorda, ayudaron a generar una industria de compra y venta de Huachicol que, por
fuera de la legalidad, le competía, en lo nacional e internacional, a Pemex. <o:p></o:p><br />
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjD8JzeQfYd0hOK4QHzcMC_3Tuh2BUZ1TSrB_6zTqNxk9CqR_oYjKAWjDgVmGgZC3t5nFlt4a4X_OAGx7_n6Gh9slT4IYxveaNMKQiqWueDDg3lXBXGzankicuJ7lcFbOP9kEuZ8nAgoM/s1600/3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="540" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjD8JzeQfYd0hOK4QHzcMC_3Tuh2BUZ1TSrB_6zTqNxk9CqR_oYjKAWjDgVmGgZC3t5nFlt4a4X_OAGx7_n6Gh9slT4IYxveaNMKQiqWueDDg3lXBXGzankicuJ7lcFbOP9kEuZ8nAgoM/s640/3.jpg" width="360" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Escenas como esta eran repetitivas.</td></tr>
</tbody></table>
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Hice esa
reflexión, mientras discernía con Javier sobre la posibilidad de trasladarnos a
la CDMX y no seguir pendejeando en nuestro municipio, donde uno se sorprende de
la belleza de algunas despachadoras, pero no haya combustible; así que, sin
pensarlo dos veces y antes de que se terminara la poca gasolina que quedaba en
su coche, decidimos lanzarnos por la R-1, hasta la colonia San Felipe, de la
Alcaldía Gustavo A. Madero.<span style="mso-tab-count: 1;">  </span><br />
<span style="mso-tab-count: 1;">     </span></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>En el segundo
intento, sobre la avenida Eduardo Molina, entre San Juan de Aragón y Talismán
encontramos una estación en la que sí había gasolina; sólo nos teníamos que
formar un par de horas y eso hicimos. Hora y media después, el carro de Javier
entró en una de las islas y recibió 30 litros de la de a 20 pesos. <o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Lo mejor fue al
día siguiente. Los detractores, los resentidos, los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">antiamlo</i>, no dejan de quejarse, de insultar y ofender, y
encontrarle todos los males a la estrategia por combatir el robo de
hidrocarburos; en sus argumentos, que no son muchos ni tienen sustento, no
hablan de combatir un delito que, sus presidentes, panistas y priístas,
consintieron, fomentaron y dejaron crecer. No saben que el 72 por ciento de la
población, apoya a su presidente en esa cruzada por acabar con el robo de las
gasolinas. Allá ellos; que, con su PAN, se lo coman.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>Lo mejor de todo
fue al día siguiente, que era sábado. Mi esposa hizo unos chilaquiles y, aparentemente,
todo estaba listo para un buen almuerzo: la cebolla picada, el queso, la crema,
pero oh, contrariedad, faltaban los bolillos y, obvio, me ofrecí a ir a la panadería,
para comprarlos.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">    </span>Lo que nunca. No
había bolillos, estaban por salir del horno y había una fila de siete u ocho
personas. Me formé y, oh casualidad, detrás de una hermosa mucha de piel
blanca, enfundada en unos pants color gris, que resaltaban su figura. Tuve la
intención de preguntarle su opinión sobre las filas para comprar gasolina, pero
no pude. En ese momento, dos mujeres más se formaron atrás de mí comentaron que
no alcanzarían bolillos.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;">     </span>Por asociación de
ideas, recordé la experiencia de la noche anterior e hice otra reflexión. Sólo
esperaba que, la falta de bolillos, no despertara malas pasiones y los
presentes, en lugar de comprar cuatro o cinco bolillos, decidieran llevarse 25
o 30, y se iniciara una crisis por la falta de bolillos. Sin gasolina, uno
puede estar varios días, pero sin bolillos, ni uno solo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="MsoHyperlink" style="color: blue;"><a href="mailto:eliosedmundo@hotmail.com">eliosedmundo@hotmail.com</a></span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<br />
<br />

SIN GASOLINAS | Autor: Elios Edmundo Pérez Márquez

* Un encargado debía permanecer 24 horas y descansar otras 24 horas; recibe un sueldo muy bajo que se compensa con las propinas pero hoy......

20 años sin Heberto Castillo | Elios Edmundo Pérez Márquez

<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><b>23/08/1928 - 05/04/1997</b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBo0cN4_AmFGnAYb7lA4DGhtFLBd5xXJI76SzJkC1rPAZ2Zx9vkUZV5SmnWL4L83mpkYaDwMXrQS1v8AFp60dzPxarKRq8AYRv0V90Yk6DLe0VWknvbL_b7feU_DMQdJ0qHbfWNvgjSONx/s1600/h-castillo-5-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBo0cN4_AmFGnAYb7lA4DGhtFLBd5xXJI76SzJkC1rPAZ2Zx9vkUZV5SmnWL4L83mpkYaDwMXrQS1v8AFp60dzPxarKRq8AYRv0V90Yk6DLe0VWknvbL_b7feU_DMQdJ0qHbfWNvgjSONx/s640/h-castillo-5-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Demetrio Vallejo, Ramiro Bautista y Heberto Castillo. Foto Archivo/EEPM</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<i>Lunes 3 de abril de 2017</i><br />
<br />
No se equivocó Heberto Castillo cuando, al salir de la cárcel en 1971, se dedicó a recorrer el país, junto con otros luchadores sociales, con la intención de formar un partido político de auténtica oposición.<br />
<br />
     Heberto purgó condena de mil días, en el Palacio Negro de Lecumberri, por su participación en el Movimiento Estudiantil de 1968, que culminó, trágicamente, con la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco.<br />
<br />
     Pero Heberto Castillo, veracruzano de origen, ingeniero de profesión y revolucionario por convicción, era un hombre sin dobleces, que sufrió la persecución y la cárcel, y su vida siempre estuvo en peligro por sus convicciones, ya que, su principal cualidad, era la congruencia y, entre muchas de sus ideas, estaba la de ver, más por los demás, que por uno mismo, y utilizar el pensamiento científico como guía de acción.<br />
<br />
     Heberto consideraba que, a los universitarios, les tocaba definir el rumbo, con el estudio y el análisis de la realidad, y compartirlos con los trabajadores, hasta volverlos programas de acción, Para eso era necesario formar un partido político, “capaz de conducir a los explotados en su histórica lucha contra sus explotadores”.<br />
<br />
     Fue así como, en 1974, se constituyó el Partido Mexicano de los Trabajadores, “un partido nacido de la entraña del pueblo”, que se proponía, como principal objetivo, tomar el poder por todos los medios a su alcance y, entre otras cosas, postulaba la derogación del amparo en materia agraria y reformar la ley electoral vigente para permitir la participación de otras expresiones políticas.<br />
<br />
     No se conformó con eso. Para trasmitir su pensamiento, Heberto escribía. Se calculan en miles los artículos que escribió en medios impresos como Excélsior, Proceso, El Universal y otros, además de ser profesor en la Universidad y el Politécnico; inventor, pintor, polemista, científico y cultivaba rosas en su jardín.<br />
<br />
     Heberto nunca cedió a las tentaciones del poder y se resistió a las lisonjas de los gobernantes; soportó las traiciones, la cárcel y la tortura, y siempre trató de unificar a las distintas fuerzas de izquierda. Era un caballero, en toda la extensión de la palabra, además de ser un hombre de gran valentía. <br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdjM4QGOhdBSW1UCA1WzWgXoQcbNGx825pUfW_gYHJx1vf_szoDabKy0MeBO5uSPlwKQhkVDXbD3OLr6jfZi5QNg_gPOXHK-kg72AsIlt0UhA6vMXxduzMHhdA1_dxjkBNkgxOhwqgo16O/s1600/h-castillo-5-jorgevilla1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="388" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdjM4QGOhdBSW1UCA1WzWgXoQcbNGx825pUfW_gYHJx1vf_szoDabKy0MeBO5uSPlwKQhkVDXbD3OLr6jfZi5QNg_gPOXHK-kg72AsIlt0UhA6vMXxduzMHhdA1_dxjkBNkgxOhwqgo16O/s640/h-castillo-5-jorgevilla1.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El ingeniero, científico, político y catedrático Heberto Castillo Martínez durante una visita a Ecatepec, en 1988. Foto: Archivo Jorge Villa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
     Me gustaría relatar dos pequeñas anécdotas, que lo pintan de cuerpo completo. PRIMERA:<br />
<br />
     “Cuenta la leyenda que, en abril de 1959, cuando los Marines realizaron la invasión a Playa Girón, el General Lázaro Cárdenas anunció su decisión de viajar a Cuba e incorporase a la lucha por la defensa de la Isla.<br />
<br />
    De inmediato, varios intelectuales identificados con la Izquierda, como Enrique González Pedrero y Víctor Flores Olea, entre otros, intentaron prestigiarse y declararon a la prensa que se sumarían a la causa del General Cárdenas y lo acompañarían en su misión.<br />
<br />
     Sin embargo, el día que el expresidente Cárdenas se encontraba en el aeropuerto, esperando un vuelo que lo trasladaría a La Habana, estos intelectuales se presentaron, pero a despedirlo y desearle buena suerte.<br />
<br />
     Poco más tarde, llegó Heberto Castillo, y el General Cárdenas le preguntó:<br />
<br />
-¿Qué, Heberto, tú también vienes a despedirme?<br />
<br />
-No, general -dijo Heberto-, yo me voy con usted, si no tiene inconveniente.<br />
<br />
SEGUNDA:<br />
<br />
-Si te agarran, te van a matar –me dijo el General Cárdenas.<br />
<br />
-Trataré que no me agarren.<br />
<br />
-¿Qué fuerza te apoya? -dijo. Estás solo. No hay organización. Podrías salir del país; esperar un tiempo fuera.   <br />
<br />
-No general –le dije-, me quedo. No tengo fuerza, pero tengo la razón. Es importante que, quienes nos apoyaron en el Movimiento, sepan que seguimos aquí, luchando.<br />
<br />
-Otros fueron al exilio sin desdoro alguno –dijo.<br />
<br />
-Lo sé, general - le dije. Y los respeto, pero yo me quedo.<br />
<br />
-Como quieras –me dijo. ¿Cuándo puedo aclarar las cosas y decir que no estás en mi casa?<br />
<br />
 -Cuando usted diga, general.<br />
<br />
 -¿Te parece bien el 6 de enero?<br />
<br />
 -Sí, señor. ¿No es probable un golpe de Estado?<br />
<br />
 -No.<br />
<br />
 -Después de lo de Tlatelolco, García Barragán hizo declaraciones como de titular del Ejecutivo. ¿No se animará a tomar el poder?<br />
<br />
 -No lo creo, pero si ocurriera, tú sabes, y ellos también, que habemos soldados que defenderemos las instituciones.<br />
<br />
      Me dio un abrazo y me dijo:<br />
<br />
 -Cuídate.<br />
<br />
     Tres meses anduve a salto de mata. En abril, una de las casas que me había dado asilo, fue asaltada por la Federal de Seguridad. Quince días después, en mayo de 1969, mi refugio en Reforma 10 fue tomado militarmente, emplazando ametralladoras de tripié en las calles. Pude saltar por la barda posterior de la pequeña casa que ocupaba, pero una parte de ella se derrumbó y la polvareda me delató. Una brownie se apoyó en mi sien, hubo golpes, gritos, un mulato casi me arrancó el brazo al echármelo a la espalda, y Miguel Nassar Haro mostró su satisfacción jalándome las barbas, y dijo:<br />
<br />
-Heberto Castillo, ¿verdad?<br />
<div style="text-align: right;">
SI TE AGARRAN, TE VAN A MATAR.<br />
<a href="https://www.blogger.com/goog_149113088"><br /></a></div>
<a href="mailto:eliosedmundo@hotmail.com">eliosedmundo@hotmail.com</a><br />
<br />
<br />
<br />

20 años sin Heberto Castillo | Elios Edmundo Pérez Márquez

23/08/1928 - 05/04/1997 Demetrio Vallejo, Ramiro Bautista y Heberto Castillo. Foto Archivo/EEPM Lunes 3 de abril de 2017 No se e...

MUCHOS AÑOS DESPUÉS…

<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsa3LCagUS6xN3fdae5ow5eTYK919U2Wf2GIKmHsH6gtsltpu-zh3za4nqQsVUdqmPdgNC6_f53R5v6OjNMZIyHtMfwsPvW6ynCTAjqAKjjR4Y346RANaMbdoY1RjlH_BT0FsOG_4_9leH/s1600/garcia_marquez_ojos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsa3LCagUS6xN3fdae5ow5eTYK919U2Wf2GIKmHsH6gtsltpu-zh3za4nqQsVUdqmPdgNC6_f53R5v6OjNMZIyHtMfwsPvW6ynCTAjqAKjjR4Y346RANaMbdoY1RjlH_BT0FsOG_4_9leH/s640/garcia_marquez_ojos.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gabriel García Márquez. Foto Archivo.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Por <b>Elios Edmundo Pérez Márquez *</b><br />
<b><br /></b>
<b style="text-align: start;">I Parte</b></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;">Para Gabriel García Márquez que,</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;"> si viviera, el día de hoy,</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;"> cumpliría 90 años de edad.</span></div>
<br />
<b>Lunes 6 de marzo de 2017</b><br />
<br />
Conocí a Gabriel García Márquez, allá por 1978 cuando, en su calidad de periodista, visitó las oficinas del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), ubicadas en el octavo piso de Bucareli 20. Venía acompañado de Bernardo García, editor en jefe de “El Manifiesto de Colombia”, quien había llegado a México para realizar una serie de entrevistas con algunos personajes relevantes de la vida política latinoamericana; algunos, nacionales y otros que, por diversas razones, vivían en nuestro país.<br />
<br />
     Radicado aquí desde hacía mucho tiempo, conocedor del entramado político mexicano y, según lo dijo en el transcurso de la entrevista, fue el propio García Márquez quien sugirió a Bernardo García que entrevistaran a Heberto, ingeniero, inventor, articulista del diario Excélsior, preso político por su participación en el movimiento estudiantil de 1968 y quien, junto con otros luchadores sociales, había impulsado la creación y era Presidente del PMT, un partido nacionalista, de auténtica oposición, “capaz de dirigir a los explotados en la histórica lucha contra sus explotadores”.<br />
<br />
     Además, por esos tiempos, Heberto había impulsado la defensa de nuestros recursos naturales, especialmente, el petróleo, y sostenía un fuerte debate con funcionarios del gobierno de ese entonces, basado en una teoría que, a la fecha, sigue vigente: “el petróleo crea riqueza donde se consume, no donde se produce”. Esos razonamientos, aunados a la brillante trayectoria del ingeniero, habían conmocionado a la opinión pública nacional y le habían traído un amplio reconocimiento internacional.<br />
<br />
     Era un entrevista secreta, pactada a las siete de la noche pero, como suele suceder en estas situaciones, alguien se fue de la lengua, la información se filtró y muchos nos enteramos; particularmente, Rodolfo Torres y yo quienes, al filo del mediodía, nos dimos a la tarea de visitar alguna librería del centro, para comprar un libro de Gabriel García Márquez, esperando obtener un autógrafo pero, por increíble que parezca, nos costó mucho trabajo encontrar uno.<br />
<br />
     Visitamos las viejas librerías de las avenidas Hidalgo, Juárez y San Juan de Letrán; las calles de López, Dolores y Villalongín, pero nada. No había un solo libro de GGM, ni nuevo ni viejo y, quién sabe por qué, pero la Librería de los Trabajadores, ubicada en la calle de Independencia, se encontraba cerrada y las Brigadas que, todos los días, nuestros compañeros instalaban alrededor de la Alameda Central, esta vez, no estaban. Y fue hasta una pequeña librería de Balderas, cuando ya veníamos de regreso, muy desilusionados, donde conseguimos dos ejemplares del “Relato de un Náufrago”; los compramos y regresamos a toda carrera, porque ya era muy tarde.<br />
<br />
     El caso es que, mucho antes de la siete de la noche, Rodolfo y yo estábamos apostados en el sexto piso de Bucareli 20, junto al elevador, a la espera de nuestro distinguido visitante, con nuestro libro bajo el brazo, para recibir el valioso autógrafo. Por supuesto, no éramos los únicos. Veladamente, algunos dirigentes del PMT y uno que otro militante, se asomaban de cuando en cuando, para ver si ya había llegado y, por lo menos, saludarlo y estrechar su mano.<br />
<br />
     Heberto Castillo Martínez, ingeniero de profesión, veracruzano de origen, revolucionario por convicción, casado, padre de cuatro hijos, llegó puntual a la cita y no le extrañó la presencia de tanta gente. Aunque lo hubiera querido ocultar, la visita de tan distinguido personaje inundaba el ambiente: olía como a guayabas.<br />
<br />
     Tampoco le extrañó verme con la cámara fotográfica colgada al cuello. Además de tener mi trabajo, yo era el fotógrafo oficial y responsable de distribuir la revista Insurgencia Popular, órgano de difusión del PMT, y ahí, en el octavo piso, teníamos montado un cuarto oscuro para revelar fotografías en blanco y negro.<br />
<br />
     Minutos después, con botas, pantalón y suéter negros, y una chamarra a cuadros negros y rojos, llegó Gabriel García Márquez, acompañado de Bernardo García, y saludaron de mano a todos los presentes, mientras yo activaba la cámara e intentaba captar el rostro sonrojado de Eduardo Valle, el Búho; la sonrisa de oreja a oreja de Rodolfo y las actitudes nerviosas de todos los demás. Me extrañaba no ver a Moscoso, a José Luis, a Flora y Saúl, a Lalo, al doctor Pineda, ni a Alfonso Rodríguez. Seguro que estarían encantados. No cabía ninguna duda: “de lo que se estaban perdiendo” y, después, lo iban a lamentar mucho.<br />
<br />
     Me acerqué a García Márquez y le entregué el ejemplar del “Relato de un Náufrago”, para que me concediera un autógrafo y, en su sonrisa franca y fresca, descubrí que, en efecto, ver que sus libros eran leídos por jóvenes como Rodolfo y yo, le producía una emoción que, sólo quien tiene el oficio de escritor, puede sentir.<br />
<br />
     Seguí tomando fotos y, cuando el ingeniero saludó a Bernardo García, Gabo se acercó a mí y me preguntó si era posible que yo permaneciera durante la entrevista, para tomar unas fotografías de Heberto. Por supuesto, dije que sí pero lo consulté con el ingeniero, quien aceptó de buen grado que yo estuviera presente en la entrevista; mas no así con Rodolfo, a quien dirigió una severa mirada cuando intentó colarse, y no le quedó más remedio que desistir de su intento.<br />
<br />
     La entrevista transcurrió sin contratiempos, con un Heberto certero, fluido, ameno, enciclopédico; un Gabo, atento, cordial, afable, extremadamente sencillo, y un Bernardo, alegre, contentísimo, pendiente de la grabadora y de dónde tenía que tirar la ceniza de su cigarrillo, pues era el único que fumaba y no había un cenicero.<br />
<br />
     La fotografía, decía mi inolvidable maestro Jorge Ríos, es magia. Aunque, prácticamente, todo ya ha sido fotografiado, lo que hay que hacer es fotografiarlo desde otro ángulo, una y otra vez. Todo se puede hacer con la fotografía; escribir con la luz y con las sombras: el crepúsculo y el amanecer, el nacimiento de una flor, el vuelo de un ave, la sonrisa de una mujer, el primer paso de un niño, una lágrima de adiós, una mirada furtiva.<br />
<br />
     Gabriel García Márquez, colombiano, escritor, casado, padre de dos hijos, tenía exactamente la edad que representaba: 51 años cumplidos: uno más que Heberto Castillo y, sin embargo, se veía mucho más joven. Y es que la cárcel y la tortura, aunque fortalecen el espíritu, acaban con el físico de cualquiera. Y esas dos edades las captó una fiel Pentax, en las fotografías que se publicaron en El Manifiesto de Colombia, y en una que, medio rota y maltratada, sobrevivió y fue rescatada de entre los escombros de Bucareli 20, luego de los sismos de septiembre de 1985, y que el día de mañana se publicará en este mismo espacio.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
MUCHOS AÑOS DESPUÉS…</div>
<br />
<b>II Parte y última</b><br />
<br />
Todo iba bien. Heberto respondiendo ampliamente a las preguntas que le hacían Gabo y Bernardo, mientras yo, experto en la materia, accionaba el disparador de la cámara, intentado captar las mejores imágenes.<br />
<br />
     Y, entonces, sucedió. De pronto, como si se me hubiera revelado un gran secreto largamente guardado, me di cuenta de que me encontraba en presencia de uno de los personajes más enigmáticos del siglo XX: el hijo del telegrafista de Aracataca; el esposo de Mercedes; el amigo personal de Fidel Castro, de Pablo Neruda, Carlos fuentes y Julio Cortázar; el enemigo declarado de Pinochet: un escritor fuera de serie; precursor del realismo mágico latinoamericano; autor de una novela, publicada en 1967, que había marcado a toda una generación, de éste y del otro lado del planeta: una novela grandiosa, llena de magia y alegorías, y que, según él mismo decía, “sin saber por qué, se seguía vendiendo como salchichas”.<br />
<br />
     Me puse muy nervioso. Era demasiado para mí. En efecto, en aquel entonces, Gabriel García Márquez era tan popular como un futbolista, como un boxeador o un beisbolista, y su presencia en lugares públicos ocasionaba tumultos. Todo hijo de vecino, que se respetara a sí mismo, tenía que haber leído ya, alguno de sus libros. Los medios de comunicación, la prensa, el radio, la televisión, lo querían entrevistar; todo lo que decía era noticia. Los directores de cine, de todo el mundo, querían comprar los derechos de sus obras para hacer películas; los actores y actrices querían interpretar sus personajes; los nuevos escritores querían escribir como él, y todo el mundo quería leer sus libros. Y eso que llevaba varios años sin publicar.<br />
<br />
     Era demasiado privilegio para mí, un joven fotógrafo de 25 años, que en 1969 había leído, por primera vez, Cien Años de Soledad; un libro que, como a todos los jóvenes de mi generación, además de marcarnos, nos hizo voltear hacia nuestros pobres países, llenos de historias y leyendas, de tradiciones y costumbres; una espléndida novela que, veinte años después, este servidor, convertiría en un cuento infantil y se lo contaría mis hijos para que tuvieran una idea, poética y aproximada, de cómo se inició el mundo.<br />
<br />
     Y eso no fue todo. Terminada la entrevista, García Márquez me preguntó si podía tomar unas fotografías a los otros personajes que entrevistaría. Claro que acepté y, además del ingeniero Castillo, tuve el gusto de retratar a Theotonio Dos Santos, economista brasileño; a Pedro Vuskovic, ministro de economía en el gobierno de Salvador Allende, y a Valentín Campa, candidato del Partido Comunista Mexicano (PCM) a la presidencia de la República, en 1976.<br />
<br />
     La memoria es caprichosa. A veces, nos permite recordar cosas que ya creíamos olvidadas para siempre y, otras veces, nos hace olvidar cosas que siempre quisiéramos tener presentes. Tengo muy presente el día que llegué a entregar mis fotografías. Lo tengo muy presente porque, además de que me pagaron un buen dinero por ellas, me enteré de la verdadera razón por la que, dos años antes, sin motivo aparente, Mario Vargas Llosa propinó un puñetazo en pleno rostro a su hasta entonces amigo Gabo, y le dejó el ojo morado.<br />
<br />
     Por si esto fuera poco, fue la primera vez que escuché el relato de unos niños que, por las noches, dentro de su casa, navegaban en una canoa y, un día, amanecieron ahogados en un océano de luz. He leído muchas veces el cuento “La luz es como el agua”, que se publicó como 20 años después. Sin embargo, a mí, me gusta más, me suena más, tal y como lo escuché aquella noche en voz de su autor, pero esa… es otra historia, al igual que los comentarios que GGM me hizo, después ver mis fotografías.<br />
<br />
     Considero un buen momento volver a publicar este relato, como un sentido  homenaje al gran Gabriel García Márquez que, si viviera, el día de hoy, 6 de marzo, cumpliría 90 años de edad.  Sí. Por la literatura, la congruencia y la libertad de expresión (y, si me lo permiten, por la fotografía). Hasta siempre, Gabo.<br />
<br />
*<a href="mailto:eliosedmundo@hotmail.com">eliosedmundo@hotmail.com</a><br />
<br />
<br />
<br />

MUCHOS AÑOS DESPUÉS…

Gabriel García Márquez. Foto Archivo. Por Elios Edmundo Pérez Márquez * I Parte Para Gabriel García Márquez que, si viviera, ...

Las Cuatro Estaciones | Elios Edmundo Pérez Márquez

<i><span style="font-size: large;">EL PANTALÓN, Capítulo 7</span></i><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdCKB1GsAHeOYDVNLghcYfNIYRmKPcB9HXTWq6qAwrSob-S-c8p22DCtaMZ6XKs1yR3mq9bkvwZB-QqwdfM7Pi1Q87BJZaU6Q_FyffwQAGt-QQzqaGb28sGcoGzbjTGqwKpgcsKVyfSGw/s1600/escritores.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="398" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdCKB1GsAHeOYDVNLghcYfNIYRmKPcB9HXTWq6qAwrSob-S-c8p22DCtaMZ6XKs1yR3mq9bkvwZB-QqwdfM7Pi1Q87BJZaU6Q_FyffwQAGt-QQzqaGb28sGcoGzbjTGqwKpgcsKVyfSGw/s640/escritores.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Eraclio Zepeda y Juan de la Cabada. Fotos de SEP/Novedades de Campeche.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: center;">
</div>
<b>Elios Edmundo Pérez Márquez</b><br />
<br />
<i>Domingo 29 de enero de 2017</i><br />
<br />
Buen momento para recordar al gran Eraclio Zepeda (Laco), escritor, actor, comunista, poeta pero, sobre todo, excelente narrador, conversador, platicador.<br />
<br />
      El buen Laco, nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, comentaba que, hace muchos años, en su lejana juventud, allá, en su querido Comitán, un grupo de jóvenes, como él, formaron un grupo cultural y disponían de un espacio, una pequeña casa, en la que, unos a otros, antes de exponerlas al público, elaboraban sus obras, sus textos, cuentos, novelas poemas y todas las expresiones culturales que interesaban a los jóvenes de esa generación.<br />
<br />
     Tiempo después, a las manos de esos jóvenes, llegó el disco “Las Cuatro Estaciones”, de Vivaldi, un invaluable tesoro para ese grupo de muchachos, deseosos de conocer y aprender; así que, ni tardos ni perezosos, como pudieron, adquirieron un tocadiscos de esa época, para escuchar la obra cumbre de semejante autor, de fama mundial.<br />
<br />
     Relataba Laco Zepeda que, aquel grupo de jóvenes, incluido él, quedó verdaderamente fascinado con la composición musical y, a partir de entonces, todas las veces que se reunían, encendían el tocadiscos y, fascinados, tantas veces como fuera posible, escuchaban “Las Cuatro Estaciones” mientras se veían unos a otros, con la emoción a flor de piel, un nudo en la garganta y las lágrimas a punto de brotar de sus ojos.<br />
<br />
     En cierta ocasión, para dar una conferencia en el Instituto Tecnológico de la comunidad, hizo acto de presencia, el enorme escritor Juan de la Cabada, campechano, comunista, editor, preso político, combatiente en la Guerra Civil Española.<br />
<br />
     Los jóvenes amigos de Laco, así como los más destacados intelectuales de la región, los académicos y la clase política, estuvieron presentes en tal evento, para presenciar y ser testigos, de la charla que impartiría el escritor Juan de la Cabada, quien, desde su punto de vista, era el más ilustre personaje que, hasta ese entonces, hubiera visitado el Estado de Chiapas.<br />
<br />
     Al terminar la conferencia, aun con la emoción rebozando en sus corazones, los muchachos invitaron al célebre escritor, a su refugio cultural, ubicado a la orilla del pueblo y, para su sorpresa, Juan aceptó; de modo que, en tumulto, a pie y sin parar de hablar, llegaron al pequeño espacio, donde se estaban cocinando las grandes obras literarias del siglo XX y, ya instalados en el lugar, uno de los muchachos, con claras intenciones de impresionar, preguntó:<br />
<br />
-Juan, ¿quieres escuchar algo de música? ¿Qué te parecería Vivaldi?<br />
-Claro, -respondió Juan de la Cabada.<br />
<br />
     Una vez más, los 12 o 15 muchachos, aspirantes a escritores, dramaturgos y poetas, escucharon embelesados “Las Cuatro Estaciones”, de Vivaldi y, al terminar la pieza, uno de ellos, interpeló al escritor.<br />
<br />
-Juan, ¿Qué te ha parecido “Las Cuatro Estaciones”?<br />
<br />
A lo que, Juan de la Cabada, combatiente, veterano, corrido y prudente, contestó:<br />
<br />
-Hombre, muy bonito, pero ese disco se escucha a 33 revoluciones por minuto.<br />
<br />
<a href="mailto:eliosedmundo@hotmail.com">eliosedmundo@hotmail.com</a><br />
<br />
<br />
<br />
<br />

Las Cuatro Estaciones | Elios Edmundo Pérez Márquez

EL PANTALÓN, Capítulo 7 Eraclio Zepeda y Juan de la Cabada. Fotos de SEP/Novedades de Campeche. Elios Edmundo Pérez Márquez Domin...

“COCIENTE NATURAL Y RESTO MAYOR” | Por Elios Edmundo Pérez Márquez

<br />
<i><span style="font-size: large;">(Los sucesos aquí descritos están basados en hechos de la vida real; algunos nombres y lugares han sido cambiados para proteger a los inocentes).</span></i><br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiC26ARwS3DGdtmDKe4pjgeG1wSDWRL1BsV4MqFBSb2hy0fClNHQfZ9uTiFABYoGo4dNmhH_7itR7Lm83ycVidkIyhIyV9NZLwZuTk_ERwG66Lf3sBaks6_0n8fOGtjpnZnD_Mjv-YNYok/s1600/albercacompleta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiC26ARwS3DGdtmDKe4pjgeG1wSDWRL1BsV4MqFBSb2hy0fClNHQfZ9uTiFABYoGo4dNmhH_7itR7Lm83ycVidkIyhIyV9NZLwZuTk_ERwG66Lf3sBaks6_0n8fOGtjpnZnD_Mjv-YNYok/s640/albercacompleta.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: right;">
<i>Jueves 20 de octubre de 2016</i></div>
<br />
<b>LA CAMA.</b><br />
<b><br /></b>
<b>COCIENTE NATURAL…</b><br />
<br />
El rumor partió de la sala de espera, muy cerca de la salida, y se esparció por todo el centro vacacional, como fuego en la pradera. Corrió por los pasillos, atravesó los jardines, llegó a las habitaciones y regresó al auditorio, donde se desarrollaba la plenaria.<br />
     Era el tercer Congreso del grupo político más importante del Estado; filial de un partido que iba en ascenso, contaba con el reconocimiento de Dirigentes Nacionales, Diputados y Senadores, y ya ocupaba muchos espacios en la Cámara Local y en los Ayuntamientos. Los asistentes se habían dado cita para analizar la situación, definir la línea política y las acciones que emprenderían, ya que, luego de tantos triunfos obtenidos, el siguiente paso era ganar la gubernatura.<br />
     Nadie lo decía, pero en el ánimo de todos estaba muy claro que el candidato con más posibilidades era el Profesor Hipólito Manríquez, ex presidente del Partido, ex diputado, ex senador, consejero nacional y líder del grupo; político sagaz y experimentado, carismático, hombre del poder, de quien se contaba una anécdota que, a querer o no, siempre aparecía alguien con ganas de contarla:<br />
<br />
<ul>
<li> Oye, ¿qué los lagartos vuelan?</li>
</ul>
<ul>
<li> Claro que no, güey. ¿Quién te digo esa mamufada?</li>
</ul>
<ul>
<li> El profe Manríquez.</li>
</ul>
<ul>
<li> Bueno, sí vuelan, pero así nomás: bajito, bajito.</li>
</ul>
<br />
     Luego de dos días de acaloradas discusiones en mesas de trabajo, que se prolongaron hasta el amanecer, el afamado profesor Hipólito Manríquez, se encontraba en el uso de la palabra para dar a conocer los acuerdos y las conclusiones a las que había llegado cada comisión, y que fueran aprobadas por voto directo de los delegados, por mayoría o por aclamación.<br />
     Justo en ese momento, Lucía, su secretaria, le hizo llegar una pequeña nota, que leyó de inmediato y, al enterarse de su contenido, un gesto de disgusto ensombreció su rostro pero, acostumbrado a guardar las apariencias, se colocó una sonrisa en los labios y continuó con su discurso.<br />
     Una vez terminado y antes de dar paso a los ponentes que argumentarían a favor y en contra de las propuestas, expuso a los presentes lo escrito en la nota que su secretaria le había hecho llegar.<br />
     Era el mismo reclamo y recomendación que había hecho un año antes, en el segundo Congreso. Que, por favor, no se robaran las toallas de las cabañas; los ceniceros, las cortinas y los cortineros, las sábanas, las fundas de las almohadas, los focos, las macetas, las perillas de las puertas, ni el control remoto de las televisiones.<br />
     Era la segunda vez que se los pedía. El año anterior se los pidió y, por lo visto, no le hicieron el menor caso. Por ello, este año, había resultado muy difícil que les alquilaran el centro vacacional, debido a que, las dos ocasiones anteriores, el saqueo había sido a gran escala, al grado que, para que se los facilitaran, el propio profesor tuvo que dejar un depósito en efectivo y aceptar que, al desocupar las cabañas, agentes de seguridad, contratados por la empresa, verificaran que no faltara nada.<br />
<br />
<ul>
<li> Qué vergüenza –decía el profesor -. Cómo queda nuestra organización. Llévense los jaboncitos, los frasquitos de champú, pero no se lleven otras cosas, por favor. Si no, ya no nos van a prestar este lugar. Gracias, compañeros.</li>
</ul>
<br />
     Ahí empezó el rumor. De pronto Jesús Palacios, uno de los delegados que cruzaba por el lobby, rumbo al auditorio, se detuvo a saludar a uno de sus compañeros, y exclamó:<br />
<br />
<ul>
<li> ¡No mames, pinche Daniel, falta una cama!</li>
</ul>
<br />
     Los congresistas que se encontraban ahí presentes, se miraron con sorpresa, estallaron en carcajadas y se llevaron el comentario hacia todos lados, de tal suerte que llegó a los pasillos y las butacas y nadie pudo impedir que subiera hasta el estrado y llegara a los oídos del profesor Manríquez y del orador en turno, a quien le ganó la risa y ya no pudo continuar su discurso.<br />
     Nadie daba crédito a lo que estaba pasando. Unos a otros se miraban incrédulos. Muchos hacían grandes esfuerzos por contener la risa, pero algunos no podían, y abandonaban el auditorio para que el profesor no los viera riendo a carcajadas. Unos no lo creían, era demasiado atrevimiento para ser verdad; otros sí. Tomando en cuenta lo sucedido en los dos años anteriores, consideraban que sus compañeros eran capaces de eso y más. En el fondo, todos pensaban que sí era posible.<br />
<br />
…Y RESTO MAYOR<br />
<br />
     Martín Agüero, otro de los delegados, que venía de su cabaña, alarmado por lo que estaba pasando, se subió a una silla y gritó:<br />
<br />
<ul>
<li> Momento, compañeros. Esto no se puede quedar así. Yo propongo que, a los que traen carro los dejen ir pero, a los que traemos camioneta, nos revisen, para estar seguros de que no llevamos ninguna cama.</li>
</ul>
<br />
     El evento se dio por concluido. Ya no había condiciones para seguir. El profesor Manríquez dio por terminados los trabajos del tercer Congreso y salió a toda prisa, aunque todavía alcanzó a escuchar a dos delegados que comentaban:<br />
<br />
<ul>
<li> No mames, pinche Susano, falta una cama.</li>
</ul>
<ul>
<li> ¿Una cama? No, güey, ¡Falta una cabaña!</li>
</ul>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />

“COCIENTE NATURAL Y RESTO MAYOR” | Por Elios Edmundo Pérez Márquez

(Los sucesos aquí descritos están basados en hechos de la vida real; algunos nombres y lugares han sido cambiados para proteger a los inoce...

LOS CAIFANES (50 años) | Elios Edmundo Pérez Márquez

<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjorF6UvlpCogavzwsL8DhQWDtuRbSqeSWekyLHoT0gMKb3DVxigCJ2LCcEzarvMpLrIj-2KdSADoCV35pHC_kgbxudwWyGs1SjEOU2U0HVvlEijGhbL2hZeoFkBkKjCgiNK532419KryE/s1600/Los+caifanes+1-tomatazos.com.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="460" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjorF6UvlpCogavzwsL8DhQWDtuRbSqeSWekyLHoT0gMKb3DVxigCJ2LCcEzarvMpLrIj-2KdSADoCV35pHC_kgbxudwWyGs1SjEOU2U0HVvlEijGhbL2hZeoFkBkKjCgiNK532419KryE/s640/Los+caifanes+1-tomatazos.com.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">LOS CAIFANES. Julissa, Eduardo López Rojas, Sergio Jiménez, Oscar Chávez, Ernesto Gómez Cruz, Enrique Álvarez Félix. Foto Internet/tomatazos.com</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<br />
<i>Jueves 22 de septiembre de 2016</i><br />
<br />
  La duda prevalece: “El Estilos” y Paloma, ¿hicieron el amor? Nadie lo sabe con certeza. Estuvieron juntos y solos, un buen rato, una buena parte de la noche, y se volvieron a reunir con los demás compañeros. ¿Qué hicieron en ese lapso? El director  juega con nuestros sentimientos e imaginación, y deja abiertas todas las posibilidades: ¿Sí o no? ¿No o sí? Uno ve la película y, a veces, piensa que sí; la vuelve a ver, y piensa que no.<br />
<br />
     En alguna ocasión, en el programa “El Mañanero”, Brozo, el payaso tenebroso,  entrevistó a Óscar Chávez, y no pudo evitar hacerle la pregunta. Le dijo que, desde 1966, cuando se filmó la película, tenía esa duda, y que no le quedaba claro, si Paloma y El Estilos, hicieron el amor.<br />
<br />
     La respuesta de Óscar Chávez fue contundente. Dijo que, si Brozo tenía esa duda, lo más conveniente era que volviera a ver la película.<br />
<br />
     Y es lo que hacemos todos o la mayoría de los espectadores: volver a ver la película, para cerciorarnos. Sin embargo, la duda permanece, la duda ahí está. Vemos la película, y pensamos que sí; la volvemos a ver, y pensamos que no. Y ése es el tema principal de la película, el momento cumbre: cuando el Director juega con nuestra imaginación y nos hace creer una cosa, y otra también, una situación, y otra también, y nos deja con la duda para siempre, al menos por 50 años, para volver a la película, una y otra y otra vez.<br />
<br />
     “El Géminis”, un cabaret de mala muerte, un antro, como los hay miles en la Ciudad de México, aunque también existan los de cinco estrellas; un  cabaret de mala muerte,  de esos a los que, todos, hemos asistido alguna vez, con patéticas prostitutas, olor a orines y aromatizante barato, ambiente muy pesado y aire muy denso, que se respira una y otra vez, con un espectáculo deplorable y artistas de ínfima categoría, que realizan rutinas de lo más simples, de lo más vulgares, de lo más comunes, pero que pueden asombrar a cualquiera que nunca haya asistido a un lugar de ésos.<br />
<br />
     El Gato, el líder del grupo, el que no le tiene miedo a nada, el que no supedita la imaginación a la poder, sino el poder a la imaginación, que tiene la imaginación para ir y para regresar, y es capaz de romperse el hocico cuando es necesario pero, si no es necesario, no se lo rompe, no se lo rompe él, ni se lo rompe  a nadie, porque puede evitar un pleito, porque valora la situación y considera que no, que no es necesario, y así asume su condición de Jefe máximo.<br />
<br />
     Jaime de Anda, el ingeniero, el burgués; como dice, actualmente, algún dirigente político, un junior, un señoritingo, un perfumado: la lucha de clases queda, perfectamente  representada, en la obra: los ricos contra los pobres. Un viejo director de cine, diría: “el rico no quiere al pobre, el pobre no quiere  al rico, porque no se conocen”. Ahí queda.<br />
<br />
     El ingeniero Jaime de Anda, no se quita la corbata, no se quita el saco, no se le desacomoda un cabello, no pierde el estilo, no pierde su estatus; está rígido, es un estirado, elegante, flemáticos movimientos, impecable forma de vestir, finos modales. No tiene nada qué ver con los otro cuatro, salvo que es un ser humano y está enamorado de Paloma, su novia y se quiere casar con ella.<br />
<br />
     Sin embargo, a Paloma no le interesa; es moderna, liberal; al igual que Jaime, pertenece a esa clase social de los que todo tienen, pero es más abierta, más espontánea, más franca; se deja llevar, tiene curiosidad y echa a volar su imaginación, y es bellísima, sensual, hermosa, y ríe, y refleja todo eso que se da entre los suyos, porque no renuncia a su clase social; simplemente, abre la ventana para ver lo que pasa en la otra mitad del mundo.<br />
<br />
     “El Azteca”. El clásico naco, dirían muchos; el de los bigotes aguamieleros, el que usa un traje usado que no es de su medida, que le queda grande, que se ve grotesco, que parece un payaso; que, su aspecto, es el de un indígena que viene a tratar de conquistar a la ciudad y, mientras lo logra, al ponerse el traje y la corbata, se asume como un ser respetable: con sus dichos, su escasa cultura, y retazos de poemas y frases célebres que escuchó en algún lugar.<br />
<br />
     Excelente tipo, al que le suceden las mejores aventuras, casi hazañas. Queda encerrado en un ataúd, que se cierra intempestivamente, y no se puede abrir, y le toca treparse a la escultura de la Diana Cazadora, para vestirla, de la manera más grotesca posible y, al final, antes de que aparezca “un tecolote”, le planta un beso en la boca, a esa estatua que no se mueve, a esa estatua inmensa, de opulentas formas que, a la fecha, permanece en el Paseo de la Reforma.<br />
<br />
     “El Estilos”. Óscar Chávez, en un papel memorable; el guapo del grupo, el culto, el instruido, el que canta, y no lo hace mal; por el contrario, tiene una canción para cada acontecimiento, y le roba la guitarra al “Pocaluz”, un invidente-indigente, que se gana la vida cantando tangos de Carlos Gardel; se la roba, en la misma taquería donde se aparece un infame Santa Clos, malhecho, borracho, impertinente y odioso, interpretado, nada menos y nada más, que por Carlos Monsiváis.<br />
<br />
     Para terminar, no por menos importante, sino por cuestión de orden, “el Mazacote”, personaje simpatiquísimo, de escandalosa y fácil sonrisa, de esas personas que nunca se quejan, que se la juegan, en serio y en broma; que las pescan al vuelo y le sacan brillo a la vida.<br />
<br />
     A la fecha, septiembre de 2016, de los protagonistas de esta película, sobreviven  tres: Julissa, Óscar Chávez y Ernesto Gómez Cruz; los demás, se han adelantado en el camino, no sin antes dejar un estupendo legado en el difícil arte de la actuación, en el cine, teatro y televisión, ya que, todos ellos, tuvieron brillantes carreras y es una verdadera lástima que ya no estén con nosotros.<br />
<br />
<br />
      Los Caifanes. Un retablo de la realidad en la capital del país, en la década de los 60, los pobres y los ricos; el bajo mundo, el submundo; la humana historia de cuatro hombres que, con sus enseñanzas, refranes y bromas rupestres,  sobreviven en un medio que les es adverso, porque aprendieron a engañar al hambre y a comer con las “manoplas”; porque se la juegan a diario y tienen con qué, “bajarle la vieja a cualquiera”.<br />
<br />
LOS CAIFANES. Película mexicana, filmada en 1965 y dirigida por Juan Ibáñez, se exhibió en cines, en 1966. Actores: Sergio Jiménez, Óscar Chávez, Eduardo López Rojas, Ernesto Gómez Cruz, Julisa, Enrique Álvarez Félix,  Carlos Monsiváis, Tamara Garina, Martha Zavaleta, Julián de Meriche y Norma Lazareno, entre otros. Canta: Al Suárez.<br />
<br />
<a href="mailto:eliosedmundo@hotmail.com">eliosedmundo@hotmail.com</a> <br />
<br />
<br />
<br />

LOS CAIFANES (50 años) | Elios Edmundo Pérez Márquez

LOS CAIFANES. Julissa, Eduardo López Rojas, Sergio Jiménez, Oscar Chávez, Ernesto Gómez Cruz, Enrique Álvarez Félix. Foto Internet/toma...